Tercer año sin ella: un último intento

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Darien manejaba como un loco en dirección a un famoso café.

Corrían los primeros días del tercer año sin ella. A fines de ese año habría sido su décimo aniversario de bodas si aún siguieran casados.

Darien sólo pensaba en que si ella no le respondía pronto, todos los planes que tenía para ese día tan especial se irían a la basura. No habría festejos, renovación de votos y todo lo que había planeado en esos años de duró trabajo, para que ese día fuera mejor que su primera boda.
Se había imaginado una boda fantástica y a Serena le esperaba un hermoso regalo que tenía desde hacía ya tiempo para ese día especial.

Pero Serena aún no respondía si le daría una nueva oportunidad.

_Maldición prometí esperar y aquí estoy como un estúpido,  que acaso no me conoce lo suficiente, para saber de mi poca paciencia.

Darien hablaba consigo mismo dentro de aquel auto.
Ella no decía nada y para acabar con todas sus esperanzas, Taiki lo llamó para decirle que era la última vez que seguía a Serena y que ya no podría chantajearlo mas, aunque eso fue lo último que dijo y Darien ni siquiera escucho, porque antes le había dicho que su Serena, estaba desayunando en un café de lujo con un soberbio  peliplata.
Sólo podía pensar en que ya no quedaba nada y que ella le respondería que no. Guiado por sus locos impulsos salió hacia ese lugar.

Su mente era recorrida por miles de alocados pensamientos.

Porque nada de lo que dije dio resultado, tal vez no cree que yo puedo hacerla feliz. No creyó en mis palabras después de todo son sólo eso, palabras.

Había pensado hasta en secuestrar a su esposa, llevarla lejos de ahí, para que así al estar a solas, podrían hablar tranquilos ya que parecía que siempre el destino confabulaba, para que alguien los interrumpiera.
Quería saber de una vez que había pasado para que dejará de amarlo, el sabía que no era perfecto, pero el la amaba y consideraba que no tenía motivos para abandonarlo a no ser que ya no lo quisiera.
Perderla definitivamente, ese pensamiento retumbaba en la cabeza de Darien una y otra vez.
Había vivido eternos años sin ella, meses dolorosos, días terribles, horas malas, minutos pésimos y ni siquiera a los segundos había podido disfrutarlos. Todo siempre se reducía a ella y a esas dudas que calaban hondo en su mente.
Pero a pesar de todo su dolor, ese sería su último intento, no habría más.
No era que quisiera desistir realmente, pero si hay algo que no se puede hacer, es obligar a alguien a estar contigo en contra de su voluntad.
Ella parecía no amarlo y el ya lo había intentado todo, o al menos eso pensaba, porque nunca cruzó por su mente lo más obvio, y eso era que aquella endiablada pelirroja, le había mentido y si  tenía algo que ver con todo eso.
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Lita y Yaten se encontraban junto a Seiya y Mina, estaban disfrutando de un delicioso desayuno en otro café, cerca de casa de Lita.
Hablaban de sus planes y de su tema favorito en esos días Serena y Darien.

_Volveré a Amsterdam y me llevaré a esta diosa del amor conmigo, para que haga la apertura de mis shows.

Seiya y Mina estaban sentados frente a Yaten y Lita.

Mina había ganado el concurso donde participó, al fin sentía que podía realizar sus sueños después de tanto batallar.

_Y no harás las pases con Darien?

Preguntaba Yaten sin ocultar su risa, recordando como Darien trató a Seiya en su último encuentro.

_No te rías bobo!, casi me rompe la nariz con ese portazo, estuve ahí por horas y nunca salio.

Mina apoyó sus codos, puso su mentón en sus manos y suspiró.

_Aah, así es el jefecito, tan pasional.

Te enamoraré otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora