6. Liam y tu.

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6. Liam y tu.

Es un día oscuro; sin luz y brillo alguno, los días en los que falta el aire. Un día nublado. 16 de Octubre en las afueras de la cuidad de Londres; Liam se acerca con un racimo de unas cuantas flores de diferentes y salteados colores que hacen que tu tumba tenga algo de ser y una carta que dispone a leer tras arrodillarse frente a ti. Desdobla la carta escrita a mano y empieza a leerla.

´-Recuerdo el verano, ese verano después de acabar la secundaria, que fue cuando nos conocimos, recuerdo perfectamente que lo hicimos en el Smooth escuchando a Simple Plan. En el momento en el que viniste a pedir el nombre de la canción y la cuenta de la mesa del fondo, donde estabas sentada con unas chicas, y en vez del nombre de la canción, te cante en bajito y al oído mi número de teléfono. Recuerdo cuando cumpliste los dieciocho nos hicimos el mismo tatuaje, ese símbolo del infinito con el final terminado en candados cerrados que me recuerda a tanto ti y a tu sonrisa perfecta con la que me enamorabas algunos de tus ratos libres que me llamabas por Skype ya que no podías salir por los exámenes.

Recuerdo aquellas tardes que solíamos robarles el alcohol a nuestros padres y subir a la azotea de tu casa para poder bebérnoslo sin preocupaciones y con tranquilidad. También recuerdo cuando tu Nikon terminaba con la memoria llena y los momentos en los que solo necesitaba que estuvieras tu para ser feliz porque te comias el mundo.

En esas tardes hablábamos de nuestro futuro como si tuviéramos una mísera idea de lo que íbamos hacer, pero nunca planifiqué que por una estúpida pelea sin importancia; sin sentido, te perdería y perdería esos dos años juntos y tampoco llegue a imaginarme, mucho menos, que después de un accidente en las vacaciones con algunas de tus amigas de clase te perdería para siempre.

Cuando te echo de menos pongo nuestra lista de canciones que compartíamos en común, en las que muchas las cantábamos al unísono y en las que yo bajaba la voz en secreto para poder escucharte cantar ya que nunca lo hacías por la poca, poquísima autoestima que tenias en tu voz. Es hora de afrontar la música pues ya no eres mi musa, ya no estás, mi amor. Debí hacerte dicho lo que significabas para cuando veía tus lágrimas caer durante nuestra discusión pero mi orgullo no me lo permitió, ahora estoy cargando con las consecuencias de ello y me arrepiento tanto.

 Todo este dinero que tengo ahora al ser famoso no me da para comprarme una máquina del tiempo, no puedo reemplazarte ni con un millón de anillos de oro con dimantes incrustados.  Pero eso ahora es lo menos porque aquí me tienes por primera vez desde que aquel día, a finales de septiembre, en el que estaba preparando la comida con Zayn para los chicos y salió en las noticias el accidente. Lo siento por no venir antes a visitarte pero no me podía llegar a pensar que te habías ido, o mejor dicho, que no podía asimilar con la noticia que no estabas, me estaba volviendo loco.

Fui a tu casa, a dadle el pésame a tu familia y tu madre me dijo la dirección dónde estabas para poder estar contigo y desahogarme,  los chicos me dieron fuerzas para venir. Y aquí me hallo; despidiéndome, pidiéndote disculpas, no sé… pero sobre todo he venido para recordarte, que esté dónde este tu espíritu libre y alegre, me ayudará para convencerme de que todo se puede hacer con una pizca de esperanza como me solías decir. Te llevaré conmigo en las buenas y en las malas para siempre en mi corazón; también para recordarte que aún te quiero como la primera vez y lamento todo lo malo que te pude llegar hacer.

Pero si estoy seguro de una cosa no me arrepiento de nada lo que vivimos, aunque al final saliera peor, daría lo que fuera para volverlo a repetir una y mil veces más sin cansancio.

 __________ (TN), tú eras mi Julieta yo tu Romeo, como solías decir de tu tan querido Shakespeare.-'

Liam terminó de leer en alto con la voz quebradiza y los ojos llenos de lágrimas, cayendo en abundancia por sus mejillas. Levantó la vista cansada hacia la foto puesta en el frío mármol gris, se agachó con las piernas en cuclillas, dejó las flores y tras secarse las lágrimas con la manga de la sudadera, besó tu foto susurrando tu nombre acompañado de un te quiero infinito.

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