Drabbles, Boku No hero, diferentes parejas.

MicEraser Lluvia

Tercera historia corta del reto de palabras y parejas de BNH

Pareja: MicEraser

Palabra: Lluvia

Aizawa, se encuentra observando la lluvia desde su cama. La mitad de su cuerpo se encuentra desnudo, mientras la otra mitad se encuentra cubierto por las sábanas blancas de Hisazhi.

La lluvia, le trae muchos recuerdos, por que fue un día como ese, que terminó en la casa de Yamada. Fue un día de lluvia donde ambos, compartieron un beso.

Hisazhi estira su brazo, somnoliento, es solo un instinto que ha desarrollado cuando Shouta esté lejos, al menos en el departamento que ambos comparten.

Y Aizawa, sigue sin entender, como es que dos personas tan contrarias han terminado juntas. Muchos pueden aludir a la ley de atracción, pero para Shouta era mucho más que algo tan simple o una justificación tan banal.

Recuerda, lo escandalozo que siempre fue Yamada. Desde que shouta fue transferido al curso de héroes (sí, Aizawa no estuvo en este hasta su segundo año en AU, por eso se veía tan reflejado en Shinsou, probablemente) este siempre tuvo varios intentos fallidos en acercarsele, pero, Yamada nunca supo que aquel trato hostil no era algo particular. En general, Shouta siempre había sido así, encerrado en su mundo, antisocial y con humor ácido y negro que alejaría a cualquiera. Sin embargo, entre la insistencia de Hisazhi y lo invasivo de Toshinori, habían logrado hacer un gran hoyo en la barrera que Shouta se había auto-impuesto.

El primero, con tiempo extra después de clases.

Shouta, recuerda el olor a tierra mojada, la sombrilla amarilla de Hisazhi y el maullido de unos gatos en una caja de cartón.

Una jodida escena cliché.

Una sonrisa tímida, un chiste estúpido la primera vez, un beso en su habitación la segunda, la ropa tirada en la cama y sus manos sobre la espalda del rubio, la septima.

20 años después, el recuerdo seguía fresco en su mente.

Una cosa llevo a la otra, sin proponérselo. Un día como ese, ambos se permitieron conocerse un poco más.

Por que solo algo como la lluvia, era capaz de unir a dos personas tan diferentes como la tierra y el cielo.

Shouta sonríe sutilmente, y ante los reclamos-balbuceos, de Hisazhi, regresa a recostarse, pateando al rubio de la cama y enredándose en las sábanas.