Why So Lonely | KookV

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El dolor de lo sucedido se había convertido en una carga demasiado pesada de llevar. No era como las veces anteriores; esta vez, habíamos cruzado una línea que no podíamos deshacer. Habíamos pasado la noche juntos, compartiendo nuestros cuerpos de una manera que nunca antes había experimentado. Fue más que una confesión o un simple beso; fue un acto de entrega total, una experiencia significativa que dejó una marca imborrable en mi alma, no así en la suya.

¿Por qué tenía que doler tanto?

Era una pregunta que me atormentaba constantemente, pero nunca encontraba una respuesta. Jungkook no me había buscado, y yo tampoco lo había hecho. Sabía que verlo solo provocaría más lágrimas y dolor, no quería mostrarle cuánto me había lastimado. Habíamos cometido un error irremediable, y aquello no tenía solución alguna. Nuestro encuentro solo podía ser catalogado como eso, un error.

Nunca fui correspondido y, por ende, eso debería haber sido suficiente para evitar lo que pasó entre nosotros, pero soy débil a la gente y lo que sus existencias causan en mí.

Por lo que ahora ocupaba mis días viendo películas de amor, de desamor y completamente tristes. Escuchaba canciones con letras crudas y leía libros que me hacían llorar antes de dormir, contraproducente, pero que más da. Por más que intentara escapar, Jungkook seguía presente en cada aspecto de mi vida y lo único que hacía con todo eso era recordarlo una y otra vez, como un bucle del que, aunque quisiera, no tenía el valor de salir.

En cada párrafo, en cada letra y en cada melodía estaba presente.

Triste, pero Taehyung nunca había sido Taehyung sin Jungkook.

Era algo sumamente difícil. Para nadie es fácil sacar a alguien que provoca tantas cosas en ti de tu corazón solo de un día para otro; toda una vida aún sonaba insuficiente.

En casi seis años no lo había logrado, ¿podría hacerlo ahora?

Sí, sí podría. Uno no se muere por un amor no correspondido, puede doler por un tiempo, y de hecho duele demasiado, como una herida que jamás parece cicatrizar, pero la vida sigue y uno no puede aferrarse para siempre a algo que nunca va a suceder.

Pero, algo nuevo se agregó a la lista de cosas que dolían. Jimin me había comentado que desde hace unos días Jungkook se había estado reuniendo con Lalisa Monoban en la universidad, estudiante de nuestra misma facultad.

Conozco a Lalisa solo de lejos, nunca hemos cruzado palabras, pero su fama en la universidad era suficiente para saber quien es. Es una chica hermosa, divertida y talentosa, con quien Jungkook compartía intereses comunes, especialmente en el baile. Su cabello oscuro y su estilo único la hacían destacar, y su habilidad para bailar la convertía en alguien admirada por muchos en la facultad.

Jungkook, por otro lado, era un prodigio en diversas áreas, desde el dibujo hasta el baile, pasando por el canto y los deportes. Era como si estuvieran destinados a estar juntos, cada uno complementando las habilidades del otro de manera perfecta. Era irónico recordar cómo nuestra amistad había comenzado por nuestras similitudes, cuando ahora apenas existía algo de esa conexión que solíamos tener. La vida ahora parecía mucho más difícil que cuando éramos jóvenes, hacía que extrañara una época que estaba llena de conflictos, pero donde todo aparentaba ser más sincero y agradable.