08: Una misión.

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El vendaje en su cabeza era un poco apretado pero de alguna forma le ayudaba a remendar el inmenso dolor que sentía, al recordar todo lo sucedido se sintió destrozado, era tan infantil, molesto por lo que hacía casi un mes había pasado. Horus no tenia la culpa de sus sentimientos, esta bien que le besara pero un beso te lo puede dar cualquiera. Reía al escuchar las amenazas de Zaya hacia Horus, aun descansaba en su aposento ya que estaba muy mareado como para caminar, su hermana quería asesinar a ese dios, acabar con su vida, sus amenazas eran divertidas, demasiado para salir de ella.

-Tengo que decirte algo muy serio Bek- Comentó Zaya tomando las manos de sus hermano- Me voy a casar con Yzna, en unas semanas, se que es pronto pero es me...-

-¿Estas embarazada?- Cuestionó mirándola con los ojos entre abiertos y cerrados-

-Si- Contestó con la cabeza gacha- Se que no esperabas esto de mi, pero las cosas sólo surgieron y yo amo a ese hombre- Confesó dolida-

-No importa hermana- Se acerca para abrazarla con fuerza- Estoy feliz de que estés haciendo tu vida, que continúes adelante y de que a grandes nuestra familia, eso me hace muy feliz- Sonríe con felicidad ante esta- Entonces ¿Qué harán?-

-Tu opinión vale mucho para mi Bek. Eres el mejor del mundo - Comentó para acariciar las mejillas de este- Nos casaremos aquí y luego de la boda nos iremos a Grecia así conoceré más a fondo a su familia y el bebé nacerá allá- Respondió con ilusión- Pero no quiero dejarte sólo Bek. Y se que debes quedarte aquí por volver del Más Allá. No quiero que sufras-

-Hermana este día llegaría en el cual tomaríamos caminos diferentes así que no te preocupes. Casate y se feliz junto a ese hombre, ten muchos hijos y llena a esos mocosos de amor- Besa la frente de la llorosa embarazada- Volví de la muerte ¿Qué es lo peor en pasarme ahora? Eres hermosa y muy inteligente, mereces lo mejor-

Le iba doler no tener a su hermana a su alrededor para estar con el todo el tiempo, regañandolo como aun niño pequeño, pero era tiempo de que ella tomará su camino y fuera feliz, no podía pretender que se pasará la vida entera tras su miserable y triste paso. Toth entró en ese momento a la habitación, Zaya se levantó de la cama e hizo una reverencia ante el dios.

-Deberías ser como tu hermana Bek, mira lo respetuosa que es- Se sienta en la orilla de la cama al lado del mortal- Querida niña sino te molesta necesito hablar algo con tu hermano a solas-

La mencionada salió de la habitación, para luego cerrar la puerta tras su salida, el moreno se cruzó de brazos para examinar al mortal con la vista.

-¿Cómo sigues? Esto pasa por llevarte de tu instinto un día de estos morirás- Comentó el moreno sin dejar de verlo-

-Estoy bien- Respondió acomodando se en la cama- He pasado cosas peores así que esta no me matará ¿Qué quieres hablar conmigo?-

-No debería decirte esto pero ya que- Rodó los ojos para luego volver la vista al mortal- Estuve investigando y descubrí que los ángeles que salen del Más Allá todos y cada uno fueron sacados por RA, pero esto son enviados a la tierra para cumplir una misión. Ya sea completar algo en su vida o hacer algo para el mundo- Señaló al menor- Pueden ser cosas grandes o muy pequeñas. El caso es que cuando cumplen esa misión deben volver al Más Allá para reencarnar pero todo lo que logran lo olvidan. Si fueron héroes, si se desposaron al amor de su vida, lo que sea, no lo disfrutan y lo olvidan. Sus alas vuelven a salir y sus memorias son borradas-

-Vaya eso es algo triste- Comentó Bek aclarando su garganta- ¿Pero que misión tengo yo? Soy un simple mortal y de haber tenido una ya esta cumplida y fue ayudar a Horus para que viera a los humanos como seres a los cuales se deben proteger- Levantó los hombros algo confundido-

-Lo se, también lo encontré extraño- Comentó para mirar el suelo- Aquellos que no cumplen la misión son destinados a vivir de forma infeliz en la tierra y al morir deben volver al infierno.  Son castigados de forma brutal por la eternidad y no tienen derecho a reencarnar- Dijo en un tono pausado- Llegue a una hipótesis, creo que tu misión era conquistar el corazon de Horus pero ya has fallado Bek-

Los ojos de Bek se llenaron de lágrimas el mismo no se había fijado que lloraba, sintió un dolor punzante en su pecho y unas ganas inmensas de meterse bajo la tierra ¿Por qué eso le afectaba tanto? ¿Por qué?

-Tu reacción es la prueba de que esa era tu misión Bek. Es doloroso verte así, no me agradas ni un poquito, pero te has ganado mi respeto de muchas maneras mortal, eres alguien especial con una vida desdichada- Se acerca para abrazarlo- Lo siento, de verdad lo hago-

Toth no solía ser sensible ante nadie pero aquel humano le había tocado la pena en su corazón, sabía que su vida sería tan miserable que era mejor suicidarse pero peor sería en el inframundo. Horus en aquel momento entró a la habitación, en su rostro se dibujo la confusión por la escena que veía ¿Qué demonios pasaba allí?

-¿Estoy interrumpiendo algo?- Pregunto en un tono molesto-

-Para nada Horus- Comentó Toth para volver su vista al menor, seco las lágrimas de este con sus pulgares y volvió a abrazarlo- No le cuentes esto a nadie Bek. Las cosas serían peores- Le susurro al oido- Bueno espero que ese dolor se mejore pequeño- Se levanta de la cama y pasa derecho hasta la puerta- Bueno yo debo irme, hablamos después-

Horus miro con extrañes en como la puerta se cerró, tomó asiento donde antes estaba el moreno y miró a Bek se vía ¿Roto? Algo en su pecho se encogió y con exactitud no sabia que era.

-¿Te duele mucho Bek?- Pregunto este mirándolo con preocupación- ¿O es por lo que paso?-

-Me duele- Mintió volviendo a calamarse, escuchar la voz de Horus le relajaba- Horus, por lo que paso la otra vez con Hathor no te preocupes, fui infantil ante la situación. Tu no tienes la culpa por las cosas que siento o deje de sentir, es algo que tiene que ver conmigo- Mentía y le dolía mentir tanto- Así que si no te molesta podemos seguir siendo amigos como siempre. Olvidemos el tema y ya- Pero había tomado esa decisión no quería ver a ese hombre triste, daría su vida por siempre verlo sonreír- ¿Qué dices? ¿Me perdonas y seguimos siendo amigos?- Extiende su mano derecha intentando que el otro la estreche-

-Vaya me has quitado un peso de encima Bek- Respondió estrechando la Mano del otro- Siempre seremos los mejores amigos pequeño. Estaba preocupado de que nuestra amistad se hubiese acabado-

Aquello era insoportable, prefería ser bañado con azufre y fuego y no ser su amigo, no estrechar su mano, no quería perderlo, no quería renunciar a el, pero era lo mejor.

A N G E LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora