15: S I N T I

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La vida continuaba su curso habitual, el palacio no se había caído, los habitantes del pueblos eran felices pero el corazón de Horus ya no latía, no transmitía sangre a su cuerpo y todo por su culpa, por su estupidez, por ser tan lento. Toth le había explicado todo lo sucedido, el porque Bek había vuelto del mas allá y porque había regresado de nuevo. Tenia una misión tan fácil y Horus se la había hecho difícil, ya que le quería pero con su maldita terquedad no asumía sus sentimientos. El palacio de vestía de fiesta ¿Cuál era la razón? Con exactitud Horus no lo recordaba pero habían tirado la casa por la ventana con tremenda actividad, como no le sorprendía Bek la había preparado a la perfección. No quería estar allí, quería huir y escapar, ir a donde estuviera Bek, daría la vida entera por tan sólo verlo sonreír.

-¡Joder Horus! Ya han pasado 5 días desde que Bek desapareció. Deberías superarlo- Aconsejo Toth antes de tomar de su copa, estaba ebrio- ¡Oh aún no va una semana! Perdona eso tio. Pero festeja con todos nosotros y olvida por una noche tus penas-

-Toth amo a ese hombre como para olvidar lo con un poco de alcohol y algunas putas- Respondió en un suspiro cansado-¿Sabes algo? Al único hombre que deseo en mi cama es a Bek, ningún otro llama mi atención, solo el había conseguido hacer aquello-

-Te vez tan patético- Pronunció el otro mirando su copa vacía con interés- Pero si vas donde RA y le ruega clemencia tal vez te deje ver al mortal, aunque te pedirá algo a cambio por supuesto- Comentó mirando a todas partes- ¡Quiero más vino!- Grito a un sirviente-

-Me conformaría con verlo- Pronunció levantándose de su trono- Gracias Toth- Sonríe ante este-

Salió al balcón del palacio, necesitaba pensar buscar la forma de cómo convencer a su abuelo de que por lo menos le dejará ver a su amado Bek, le extrañaba de forma exagerada, los días eran más largos, las noches frías y finitas, Bek había nacido siendo sol y luna, siendo todo o nada. Desde un inicio debió hacer muchas cosas para que aquel mortal le siguiera y lo menos que hubiese llegado a pensar era que este le tendría delirando de tal forma. Había molestado a su abuelo en dos ocasiones y una vez más tal vez sería demasiado pero era eso o estar sin su amor, amor que significaba la vida.

Cetg en aquel momento salió al balcón con los ojos llorosos, Horus lo observó en silencio ya que el mortal no se había percatado de su presencia en el lugar, cuando el humano término de sacar a flote todas sus lágrimas miro a su rey con indiferencia, y se acercó a este sin un miedo alguno ¿Qué le pasaba al mortal?

-¿Donde ha metido a Bek mi señor? ¿Lo ha matado o algo así?- Pregunto con el tono tembloroso- Si el había hecho algo o si era yo, debió de matarme a mi ¡¿Donde le ha enterrado?!- Sus lágrimas empezaban a flotar de nuevo-

-Yo no lo mate- Respondió volviendo su vista a la tranquilidad de la noche- Bek era un ángel desterrado del más allá y en cualquier momento debía volver- Comentó en un tono bajo y suave- No pude retenerlo en la tierra, ya que había cumplido su misión-

Cetg se trago las lágrimas una vez más entendiendo con dificultad las palabras de su señor rey al lado suyo. Extrañaba a Bek de forma asfixiante y más le comía la vida no saber donde demonios lo habían metido, su madre le preguntaba por el al igual que sus hermanos y era horrible.

-¿Su hermana sabe de esto señor?-Pregunto nuevamente mirando el perfil del dios-

-Si, le envié unos sirvientes a Grecia para que le informarán lo sucedido con su hermano- Seguía con la vista fija en el oscuro cielo-

-No debo meterme en eso, no debería hablar ni tener está conversación con usted ya que puede costar me la cabeza o el empleo- Suspiro con valentía- Debería admitir su error señor e ir en busca de Bek, fueron largas noches de insomnio y muchos días depresivos por sus pensamientos que le vi pasar y cada uno de esos pensamientos eran usted- Hace una reverencia- Sino le molesta me retiro. Pase una agradable velada-

Bak suspiro y se llevó ambas manos al rostro, una vez más se daba cuenta que el había sido el que provocó el sufrimiento de su querido amor, debía remendar lo sucedido, cambiar aquellos recuerdos crueles, aliviar su corazón y aunque diera la vida buscaría a Bek y lo traería de regreso a casa.

A N G E LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora