Detrás de Tu Sonrisa (Lutteo)

Capítulo 26

Un sonido incesante y ruidoso estaba molestándoles y llamó la atención de ambos en la mesa de Matteo. Luna abrió los ojos como platos igual que el chico.

—Matteo... eso... es... —   Dijo Luna sin creérselo.

La mexicana se levantó a la velocidad de la luz de la cama dejando a Matteo solo y se encamino a la mesa del italiano. Había un pequeño aparatito negro con luz.

Luna lo cogió entre sus manos para asegurarse que era lo que estaba pensando. Cogió el busca de Matteo, el que le dio Zaens y estaba pitando con un mensaje muy corto: "Hospital".

—Matteo... tú me contaste... que este aparato... solo pitaría si... — Luna no sabía ni cómo terminar la frase.

Y por su parte Matteo no podía dar crédito y tenía los ojos abiertos como platos. Se había incorporado en la cama como pudo. 

— Si... me dijeron que solo pitaría... por eso...

A Matteo le dieron el busca en lugar de llamarle al celular porque su batería dura mucho más y con cargarlo un día puede durar un mes encendido sin problemas. Así sería mucho más fácil asegurarse que el mensaje llegaba rápido.

Luna lo dejo en la mesa corriendo y se puso muy nerviosa. Le dio ropa a Matteo de su armario para que se vistiese.

—¡Vamos Matteo date prisa! — Gritó Luna alterada.

—Me estas poniendo nervioso. — Dijo Matteo vistiéndose.

—Lo siento.— Dijo Luna llorando cómicamente. — "Tranquilízate Luna." — Pensó después.

En el momento en el que Matteo terminó de vestirse escucharon una sirena de Ambulancia que se acercaba al lugar donde ellos vivían. Y justo cuando escucharon que se detenía a los pocos segundos escucharon el timbre de su casa.

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Matteo estaba tumbado en la camilla del Hospital. En la habitación estaban Monica, Luna y el doctor que le estaban acompañando. El italiano llevaba puesta una horrorosa bata de hospital.

Además una enfermera estaba afeitando el pecho de Matteo. No tenía muchos pelos precisamente pero tenía que estar totalmente libre de nada.

— Vamos Matteo... sé que estás nervioso pero tienes que escucharme ahora. 

— Pero... ¿Cuándo? 

— Ha sido esta misma mañana. El corazón llegó a primera hora y le expuse tu caso al director y aprobó la operación. — Comunicó Zaens que todavía no se lo podía creer del todo.

— Es... — Matteo no sabía ni que decir se estaba muriendo por dentro de felicidad.

El italiano ya estaba aceptando que aquel sería su último día entre los vivos. Junto a su Luna. Y ahora una nueva ventana de esperanza se abría para ellos. Luna estaba junto a su madre al lado del chico llorando de felicidad y ansiedad.

— Escúchame. Vamos a operarte dentro de media hora pero antes debo contarte cómo va a ser la operación. 

— Vale. - Matteo tranquilizandose.

— Lo primero que debes saber es que es una operación muy delicada y hay una probabilidad más o menos alta de que la operación no salga bien. 

— Ya lo sé... pero... no tengo nada que perder comparado con no hacer la operación.

— Bien... lo primero que haremos será sedarte. Después introduciremos un tubo por tu garganta hasta los pulmones para que una máquina respire por ti. Después te abriremos desde el principio del cuello hasta el ombligo. Luego abriremos tu caja toráxica. Lo siguiente es el punto más delicado. Conectaremos tus vasos sanguíneos a una máquina de Circulación Extracorporal. Las máquinas respiraran y moverán la sangre en tu cuerpo por ti. Luego sacaremos el corazón e introduciremos el nuevo. Conectaremos las arterias al corazón y redirigiremos el flujo de sangre al corazón. Y después el punto final... reactivaremos el corazón con un pequeño impulso eléctrico. Si todo sale bien... podrás vivir 50 o 70 años más. — Informó el doctor.