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Hansol sabía que Seungkwan no estaba del todo bien, no era el mismo de siempre y aunque tratara de ocultarlo no podría porque Hansol conoce también a su novio que con tan solo mirarlo directamente a los ojos sabría que algo le ocurría, porque para el menor, su novio era tan transparente como el agua.

  —Seungkwanie... si yo hice algo que te haya molestado...

—No has hecho nada malo.—La voz de Seungkwan se rompió, no podía seguir soportando aquellas lágrimas que tanto deseaban salir.—Es solo que... hoy no ha sido un gran día, eso es todo.

Mentira, el menor sabía que su novio le estaba mintiendo, Seungkwan siempre decía lo que quería decir a la cara, pero cuando pronunció aquellas palabras este miró al suelo.

Hansol le tomó del mentón, haciendo que el mayor lo mirase y besó aquellos labios que tanto le hacían enloquecer. No le gustaba que su novio no le dijese que le pasaba pero lo respetaba porque era su decisión y esperaría el momento en que quisiera contarle.

—Te amo-

—Lo sé.

Porque a pesar de todo el daño que le hacían, Seungkwan ahí estaba, soportando todas esas flechas para que nadie tocase ese amor que tenían, porque las heridas que le hiciesen siempre las curaría Hansol con sus caricias y eso era suficiente.

Porque Hansol ama Seungkwan y Seungkwan ama a Hansol.

Stultus FuisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora