¿Hacer una entrada furiosa en la guarida de una asociación secreta? Kang Seulgi ya lo podía tachar de su lista de cosas por hacer antes de morir. Si bien, de primeras Chanyeol se sorprendió al verla, no le impidió pasar mientras gritaba el nombre de Jongin. Y es que él mismo sabía que, aunque hubiera querido detenerla, no hubiera sido capaz, solo se habría enfrentado en vano a un lobo furioso y por experiencia sabía que eso no era algo bueno. Por esa razón portaba una cicatriz a la altura de su escápula que le recordaba en el camino de quién no se podía interponer.
Los gritos de Seulgi retumbaron por todo el almacén mientras bajaba por las escaleras metálicas a zancadas. Sus ojos se habían oscurecido unos cuantos tonos, disminuyendo su gama de colores a verdes y azules, y aumentando su agudeza en la penumbra del lugar.
—Sé que estas aquí —gruñó cortando el silencio del lugar—. Te huelo desde la entrada.
Sus colmillos sobresalieron, rozando e hiriendo sus labios, un detalle menor que en ese momento no le importaba. Desde ayer se había contenido, pero al despertar esta mañana ya se encontraba alterada por haber soñado con su hermana. Y es que, la otra persona que podía perturbar a Seulgi hasta el punto de perder el control de su parte animal era su melliza, quien sonreía y la llamaba en su sueño. Aullaba en su dirección y ese sonido se había quedado grabado en sus tímpanos, despertando a la bestia.
—¿Por qué no te muestras?
Obtuvo un gruñido como respuesta y segundos después identificó una sombra animal que se acercaba, un lobo que avanzaba en posición de ataque, dispuesto a saltar sobre ella. Seulgi no tardó en transformarse del todo en su parte animal. Con los años, las transformaciones se habían vuelto más fáciles y rápidas de controlar.
Se acercó mostrando los colmillos al otro lobo y se abalanzó, no estaba dispuesta a esperar a que el otro can atacara primero. Agarró con su mandíbula el cuello contrario y atravesó el oscuro pelaje, notando la sangre metálica en su rasposa lengua. El animal aulló de dolor y se sacudió intentando quitarse a Seulgi de encima, sin embargo, ella no aflojó su agarre. Al contrario, ejerció más fuerza y gruñó.
Los aullidos cesaron y pasaron a convertirse en débiles gimoteos mientras el can doblaba sus patas para dejar todo su cuerpo a ras de suelo, en señal de sumisión y derrota.
Seulgi no había tenido que ejercer mucha presión sobre el lobo para que este se doblegara ante ella, desde el primer gruñido había notado su fuerza inferior.
—Ya puedes soltar a Kyungsoo. —La voz de Jongin la hizo reaccionar, transformándose de nuevo en su forma humana y cubriendo su desnudo cuerpo con las manos. Un pequeño contratiempo de la transformación, toda la ropa se dañaba—. Perdónalo, es un lobo joven e impulsivo, no sabe medir a sus contrincantes.
La chica puso los ojos en blanco y avanzó hasta Jongin quien se quitó su chaqueta para dársela. La prenda era lo suficientemente grande para tapar su cuerpo hasta los muslos, más que suficiente como para que Seulgi pudiera hablar con confianza.
—Ponte cómoda mientras lo curo.
Desde el mismo sofá de cuero en el que se había sentado en todas sus visitas, observo como Jongin se acercaba al delgado y pequeño cuerpo desnudo del chico tirado en el suelo. Su cuello portaba las marcas de los colmillos de Seulgi, y un leve rastro de sangre bajaba por su clavícula.
Jongin se arrodillo y ayudó a Kyungsoo, quién se sentó en el suelo pegando su espalda al cuerpo del hombre y dejando a la vista el mordisco que días después dejaría paso a un moratón. Chanyeol hizo acto de presencia en el lugar con un botiquín que dejó al costado de Jongin y como vino, volvió a desaparecer. Seulgi había concluido que aquel hombre de pelo teñido y aspecto robusto no era una persona de muchas palabras, pues tanto aquí como en la cena de ayer no había hablado sino más bien para responder a las preguntas que ella le hacía.
—¿Qué te trae por aquí? —Preguntó Jongin. Los dos chicos de espaldas a ella, el mayor se concentraba en pasar un algodón untado en desinfectante por la herida del cuello del otro.
No podía ver su cara, por lo que no supo decir si aquella pregunta la decía en tono molesto o no, después de todo su olor no delataba nada, solo la mareaba.
—No respondes mis llamadas y ahora resulta que uno de tus "colaboradores" es novio de mi mejor amiga —empezó a relatar con notable molestia en la voz—. ¿Qué es lo que realmente quieres de mí? Quiero ver mi carpeta.
El lugar volvió a quedar en silencio, Jongin terminó de pasar la bolita de algodón por el cuello del chico y tapó la herida con un parche.
—Con esto bastará —concluyó y se puso de pie dejando a la vista de Seulgi la espalda desnuda del escuálido chico—. Vete a acostar que ahora voy yo.
El chico llamado Kyungsoo desapareció en la penumbra, del mismo lugar donde había aparecido y Seulgi supuso que por allí habría un cuarto. Después de todo, del almacén solo conocía la parte en la que se encontraba y que ella se tomaba la molestia de nombrar como el despacho de Jongin.
Jongin se sentó en el sofá y cruzó las piernas, miró a Seulgi y suspiró. Esta vez sí pudo notar la decepción en su rostro. Se hundió en su sitio y deseó que aquel hombre de piel bronceada no ejerciera tanta fuerza sobre ella, su lobo solo deseaba dejarse controlar y seguirlo a todos lados.
—Hay una carpeta para ti y si quieres verla la traeré. —Su mirada permaneció posada sobre ella, sin ningún titubeo, no tenía nada que esconder—. Y no tenía ni idea de que Chanyeol estuviera saliendo con alguien, es un humano, no tengo porqué controlar su vida personal.
Estuvo tentada de reprocharle a Jongin sus palabras, había dejado claro que los humanos tenían libertad pero que ella como lobo no. "Es un humano", pensó en esas palabras y frunció el ceño, ella también deseaba ser humana.
Se removió en el sofá y decidió levantarse y mirar a su alrededor. Identificó una puerta al fondo por donde se había ido Kyungsoo y supuso que sería un cuarto, ¿acaso Jongin y él vivían aquí? Le devolvió la mirada al hombre e intentó identificar los olores de su cuerpo. Su nariz se movió ligeramente mientras determinaba los olores que rodeaban el cuerpo de Jongin, a parte del suyo propio y esa excesiva colonia, un ligero aroma a lavandas impregnaba todo su cuerpo. El olor de Kyungsoo.
—Ya te he dicho que no me gustan las personas menores que yo —sonrió divertido aliviando un poco la tensión del ambiente—. Kyungsoo es como mi hermano pequeño, solo tiene veintiún años y apenas logra lidiar con la presencia de otros lobos. Mejor te traeré tu carpeta.
Seulgi esperó a que el hombre se levantara para rebuscar en una de las estanterías y sacara una carpeta color crema como todas las demás, solo que aquella tenía su nombre por fuera.
—Llévatela si quieres, solo procura devolverla luego.
Seulgi negó y se sentó de nuevo para colocar el documento en su regazo y abrirlo. La primera página contenía una foto suya y sus datos: nombre, edad, rango y poco más. Nada especialmente llamativo. Al pasar a la siguiente, su estómago se revolvió, estaba en lo cierto, sabían de su hermana. "Tanto el padre como la hermana son lobos de sangre, con el rango más alto (alfa), descendientes directos de lobos de sangre. Sin embargo, las mellizas son mestizas."
Seulgi venía de una familia completa de canes, a excepción de su madre, por lo que ella y su hermana eran las primeras de su linaje en tener un padre lobo y una madre humana. Aun así, seguían siendo lobos de sangre ya que llevaban a su animal desde el nacimiento, no como lobos como Jongin que habían sido convertidos mediante un mordisco, nombrados por el hombre como "Cobos" abreviación de "lobos convertidos", muy poco original a su parecer.
Cerró la carpeta y se levantó. Jongin se quedó en silencio, esperando alguna palabra más de la chica, algo como el paradero de su familiar, cosa que él tampoco sabía. Sin embargo, Seulgi solo se acomodó la chaqueta, le entregó la carpeta y se fue. En un silencio que contrastaba con su ruidosa llegada.
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Flame [EXOVELVET]
Fanfiction"¿Cómo termina una empresaria de éxito envuelta en una asociación contra los hombres lobo? Solo se necesita una frase atrayente y una sonrisa cautivadora. Para cuando te das cuenta de que no todo lo que dicen es verdad, tus manos ya se encuentran ma...