Torpe

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-¡Lo siento mucho!, yo... ¿Lila? -¿Que? ¿Me conoce?

-Disculpa, ¿te conozco? -No recuerdo haber visto a esta chica, podría reconocer una cara tan peculiar como esta, aunque sus bonitos ojos se me hacían familiares por alguna razón.

-Huh... -Estaba notablemente nerviosa, y por fin se puso de pie- Si... bueno no, oficialmente no, al menos

Veía culpa en sus ojos. Estiró su mano para ayudarme a colocarme de pie, se la acepte.

-Soy Marinette Dupain-Cheng, mucho gusto -Dijo esbozando una leve sonrisa

-Lila, Lila Rossi, pero parece que ya me conoces -La seguí mirando extrañada esperando alguna explicación mientras me sacudía, me raspe un poco la pierna pero no es nada.

-Soy la delegada de la clase, no nos conocimos, pero escuche sobre ti de mi amiga Alya -Oh sí, creo que es la morena de la entrevista- Miss Bustier ha estado preguntando por ti, llamaron a tu casa pero no pasaba la llamada

-Es que nos mudamos hace poco, aun tenemos problemas de instalación -La verdad es que corte el cable luego de mi "aventura", mis padres tienen celulares, así que no lo notaron.

-Ya veo -Miro mi pecho y se exalto de sobremanera -¡Lo siento, lo siento! Déjame te ayudo

Claro, el glaseado del pastel había manchado mi ropa. Pero supongo que esto ahora me da la escusa perfecta para ir a casa, gracias torpe.

-No, no te preocupes -Le sonreí tranquilamente para que me dejara en paz -solo iré a casa y...

-No, no, insisto, vivo aquí mismo -Me jalo de la mano sin dejarme protestar- ¡Por aquí!

Entramos a la panadería ¿Vive aquí? El aroma de los pasteles, el dulce y el pan me lleno de alegría, era placentero estar aquí, aunque algo caluroso.

-¿Que olvidaste ahora Marinette? -Una mujer salió de la cocina con una bandeja de cupcakes, supongo que es su madre por el parecido, aunque la mujer tenía rasgos asiáticos más marcados.

-Juro que nada mamá, tuve un accidente -Se rió nerviosamente

La mujer me miro dejando la bandeja en el mostrador, y luego miro algo molesta a su hija.

-Lo siento mucho cariño, mi hija es algo torpe -Me miro apenada mientras y me paso unas servilletas

-No se preocupe señora, no es nada -Me limpie el exceso de crema con cuidado tratando de no tirar al suelo

-Sabine Cheng, solo Sabine está bien, mucho gusto

-Lila Rossi, el gusto es mío -le sonreí amablemente- Soy nueva y estoy en la clase de su hija

-Voy a prestarle ropa, por aquí Lila

-Con permiso -le dije a la señora Cheng siguiendo a la chica torpe

-Adelante querida, estas en casa

Debo decir que es una señora muy agradable. Seguí por la escalera a la chica hasta llegar a su habitación. Es demasiado rosa y fucsia, creo que ya se sus colores favoritos. Veo unos cortes de revistas de Adrien colgadas en la pared, algunos maniquíes y algunos papeles con dibujos tirados en la mesa.

-Disculpa por el desastre, iba a ordenar en la tarde -Dijo mientras miraba el closet, estaba distraída buscando

-No te preocupes -Seguí examinando alrededor mientras me senté en la cama, era bastante lindo su cuarto y colorido, me gustaría que el mío fuera así y no gris.

-Ten, espero te guste -Rasco su cabeza nerviosa mientras me paso la ropa -Si no te gusta puedo seguir buscando

Eran un short blanco y una playera holgada de color rosa con puntos blancos, ropa rosita que sorpresa, tenía un listón en la playera parecido al que tenía mi ropa, juntos quedarían parecidos a lo que traía puesto solo que en otro color.

-Esta perfecto -atine a darle una sonrisa

-Estaré abajo, si me necesitas solo llámame -Solo asentí con la cabeza mientras la vi irse

Me desvestí rápidamente, por suerte mi brasier no se mancho, no quería andar al aire todo el día. No demore en ponerme el short seguido de la playera. Me examine en el espejo unos momentos, no quedaba mal, aunque no combinaba con mi chaqueta naranja. Pero hace algo de calor hoy así que no hay mucho problema. Tome mi ropa manchada, mi bolso y mi chaqueta antes de salir.

Baje con cuidado por la escalera buscando con la vista a Marinette, pero me encontré con un hombre grande y robusto en su lugar.

-Tu debes ser la chica de la cual hablo mi hija -Se acerco rápidamente a mi sonriendo -Soy Tom Dupain, un gusto

-Mucho gusto señor Dupain, soy Lila Rossi, es un placer -Me sonrió en respuesta y respondí de regreso con otra sonrisa

-¡Te queda hermoso! -Exclamo la Marinette mientras se acercaba a inspeccionarme, venia subiendo de la pastelería

-Gracias -Me ruborice un poco

-Deja me ocupo de esto -Tomo la ropa que estaba manchada con pastel

-No es necesa... -Me interrumpió poniendo su dedo en mis labios

-Insisto, fue totalmente mi culpa

Dicho esto se marcho a una habitación, supongo que el baño o la lavandería. Apareció la señora Cheng de la nada con una caja en brazos, supongo que desde la pastelería, pero no la vi pasar.

-Lo siento mucho, Marinette es algo torpe y descuidada

-No se preocupe señora Sabine, los accidentes pasan

-Quiero que tengas esto -Me paso la caja, un delicioso aroma dulce salía de esta -Espero te gusten los macarrones, la casa invita

Mi cara se iluminó de felicidad, justo lo que quería esta mañana.

-Muchas gracias, son muy amables, no se hubieran molestado -Podría llorar ahora mismo

-No es nada Lila -Me respondió el hombre mientras abrazaba un poco a su esposa desde la espalda, creo que están felices con mi reacción

-Bien, ¡todo listo! -Apareció desde el cuarto ese feliz -Vamos que llegaremos tarde

-Hasta luego querida, hasta luego Lila -Se despidió la mujer

-Hasta luego señora Sabine, hasta luego señor Tom -Les sonreí mientras seguía a Marinette

-¡Nos vemos papá, nos vemos mamá! -Estábamos bajando cuando la chica pego un salto de la nada, como si se hubiera asustado.

-¡Mi bolso! -Corrió escalera arriba como un rayo, me quede algo impactada por la repentina reacción. Solo duro unos segundos ya que saque un macarrón de la caja, me lo comí mientras esperaba al final de la escalera. No tardo en volver a bajar.

-Disculpa -se rasco la cabeza apenada

Agarro del mostrador de la tienda una cajita como la de esta mañana, supongo que es otra rebanada de pastel para alguien.

-Bien, ahora vámonos -Jadeo un poco hasta que calmo su respiración, y la seguí hasta afuera de la tienda -Perdón, se nos hizo tarde

-No te preocupes por eso

Marinette estaba a punto de cruzar la calle con prisa, estaba por seguirla ciegamente pero me percaté de un auto que iba a mucha velocidad y no tenia planeado frenar obviamente, ¡el semáforo estaba en rojo!.

Agarre a esta torpe de la mano rápidamente deteniéndola, se dio la vuelta y estaba apunto de preguntarme que pasaba, pero fue interrumpida por el auto que paso justo frente a ella volando.

-Gracias Lila -Sentí como tembló del miedo -Me salvaste la vida

-No hay de que, solo ten más cuidado -dije fastidiada, no la solté de la mano y cruce junto a ella una vez estaba en verde. Me sorprende que esta chica no se hubiera matado en el pasado

Por fin cruzamos la calle, Fraçoise Dupond, aquí vamos.







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Esta historia la empecé a escribir por puro aburrimiento, me gusta como quedo por eso la estoy subiendo ;w; ¡Espero que alguien la disfrute también! <3

Una italiana en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora