Cazador

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Me quede hasta tarde el día de hoy, tenía que quedarme por unas tutorías con Miss Bustier donde me enseñaba a más profundidad el Francés, aún tengo algunas complicaciones para leer y escribir.

Pase por el patio dispuesta a irme, pero me quede viendo como el grupo de esgrima practicaba, es un gran espectáculo… Esgrima hmm… Por el horario que tiene Mari en su habitación se que Adrien es parte del grupo. Quizás si hablo con el ahora puedo darle un empujoncito para que las cosas le salgan mejor a Mari.

No es que seamos los mejores amigos, pero a veces hablamos, es un chico bastante tranquilo y amable. No me trata diferente a pesar de lo que paso. Aunque claro, que sea amigo con esa rubia me estresa a más no poder, pero según me conto son amigos desde niños, supongo que en el fondo algo bueno tendrá esa chica… pero bien en el fondo.

La clase parece haberse tomado una pausa para descansar, vi como se fueron a sentar y beber agua. Espere a que se sacaran los cascos hasta que encontré a Adrien entre tanto traje igual.

-¡Hola Adrien! –Me acerque por detrás, se dio la vuelta tranquilamente mientras tomaba agua

-¡Lila! ¿Cómo estás? –Bajo la botella con agua antes de seguir hablando- ¿Qué haces aun aquí?

-Oh, estoy bien –Me senté a su lado y suspire- Miss Bustier me está haciendo tutorías para ayudarme con mi francés, ya sabes, leer y escribir no es lo mío

-Bueno quizás te puedo echar una mano un día de estos –Se ofreció, negué con la cabeza

-Gracias por la oferta, pero estoy bien –Las chicas me ayudan la mayor parte del tiempo y me corrigen los trabajos

-Bueno, pero ante cualquier cosa cuentas conmigo

-Gracias –Este chico es perfecto para Mari, ahora a lo que vine- Así que, tu y Marinette ¿eh?

Me miro confundido hasta que se dio cuenta a lo que me refería.

-¡Oh si! Vamos a ver una película el Sábado –Sonreí sugestivamente hasta que volvió a abrir la boca- ¿Por qué no te nos unes? Será divertido

Este chico es lento como una tortuga, porque a mí.

-No, es que… -Mire de reojo buscando una escusa, divise a la profesora de ciencias- Miss Mendeleiev me dejo unos trabajos extra para ayudarme con mis notas

-Si quieres te ayudo, así puedes ir con nosotros –Oh con un demonio

-No, está bien –Me volví a reír- Además, no quiero ser tercera rueda

-¿Tercera rueda? -¿No entiende el concepto o qué? Cambiemos de táctica, más directo.

-¿Qué opinas de Marinette?

-Es algo torpe y distraída –No te lo discuto, lo es- ¡Pero es una gran amiga!

Ouch, solo la ve como amiga.

-¿Y tú qué opinas de ella? –Me pregunto casual

-Oh bueno, es una chica talentosa, amable, bonita, buena cocinera, es todo un ángel –Empecé a divagar en voz alta sin darme cuenta, me detuve, aunque demasiado tarde

-¿Te gusta? –Oh no, ahora él me atrapo en mi juego, ¡ayuda!

-¡No no no! –Me puse un poco roja, pero él se empezó a reír

-Está bien Lila, no le diré a nadie –Me dijo serenamente- Solo no me mientas, ¿Te gusta?

-Yo… está bien, no lo voy a negar –Suspire- Pero no creo tener oportunidad

-Quizás si lo intentas…

Fuimos interrumpidos por el señor Armand que llamo a la clase de regreso para  seguir practicando.

-Creo que ese es tu llamado –Que alivio, ¡largo largo!

-Sí, fue divertido hablar contigo –Dejo su botella de agua en el suelo y se puso de pie- Deberíamos hablar más seguido

-Claro, en otro momento –Aun estoy nerviosa, ahora él sabe mucho, ¡ayuda!

-No te preocupes, cuidare a tu princesa –Me giño el ojo, Oh no, ¡¿que fue eso?! No conocía este lado de Adrien- ¡Hasta luego!

-¡Hasta luego!

Se coloco su casco y volvió con el resto de la clase, me quede un rato en blanco pensando en lo que acaba de pasar, algo esta tramando. Espero que no le diga nada a nadie, que nervios.


Una italiana en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora