Pastel

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-No era tan difícil chica ¡Solo tenias que ir y darle el pastel!

-Lo sé, lo sé, soy patética -apenada se tapo la cara con las manos, es una ternura

Estaba sentada en una banca con Marinette y su amiga Alya, me estoy comiendo el pastel que trajo esta mañana de la tienda. Resulta ser que mi nueva amiga, creo que amiga, Marinette está enamorada de Adrien, pero es muy tímida como para intercambiar palabras sin soltar incoherencias. Ella tenía pensado darle una rebanada de este pastel, pero fallo miserablemente. Así que tengo que aprovechar, esta chica cocina como toda una diosa.

Bueno, las cosas no fueron tan malas hoy, debo admitir que fue un buen día.

Primero, llegamos tarde con Marinette a la clase. Tratamos de escabullirnos por detrás de la maestra, pero una chica rubia exclamó.

-Miren, parece que Marinette encontró a Pinocho -Ja ja, Sólo fruncí el ceño y luego le sonreí cínicamente, no creí que alguien me caería tan mal en poco tiempo

-Vamos Marinette, ¡no le contagies a Lila tu habito de llegar tarde! -Exclamo Miss Bustier, solo atine a reírme un poco- Bueno pasa y toma asiento, Lila ven aquí

Vi como se fue a sentar avergonzada con la chica de la que hablamos antes, Alya creo que era. Me acerque hasta la maestra y espere a que dijera algo.

-Chicos, ella es Lila Rossi, va a ser su nueva compañera -No era necesario, creo que todo el salón y medio Paris me conoce -Es nueva en Francia y se está reincorporando hoy a la clase, espero le den una cálida bienvenida y la hagan sentir como en casa

-Maestra, ¿Está segura? -La rubia esa otra vez, ¿no puede cerrar el pico?- Esta chica tiene el hábito de mentir, no me sorprendería que no fuera Italiana

Estaba por responder pero la maestra hablo antes de que pudiera hacerlo, te salvo la campana.

-¡Señorita Bourgeois! No quiero más comentarios de ese estilo -Exclamo la maestra molesta- Uno más y vas para la oficina del director Damocles

Hizo una mueca molesta y se quedó callada, ah, qué bonito es el silencio o al menos el mundo sin su voz chillona.

-Bueno Lila, ve y toma asiento -Bien, ahora solo camina y no entres en pánico

Mis compañeros solo me miraron mientras me dirigía a un asiento libre. Adrien me saludo levemente con la mano y una sonrisa, sinceramente me perturbo esa reacción después de lo que paso, la rubia esa solo aparto la mirada con disgusto, como si quisiera ver su cara llena de maquillaje. Algunos me saludaron o me dedicaron leves sonrisas, yo esperaba que me mataran con la mirada, pero esto está muy bene. Me senté detrás de Marinette al lado de un chico robusto, solo me miro sin mover un musculo.

Debo decir que faltar tanto tiempo me dejo muy por detrás, además que mi francés no es perfecto del todo. No pude entender bien muchas cosas de las que hablaba Miss Bustier y me aburrí rápidamente. Comencé a jugar con los lápices haciendo rayas sin sentido en el cuaderno fingiendo escribir, ocasionalmente hice dibujos pequeños de animales y flores.
Revise mi teléfono y quedaban quizás otros 40 minutos de este infierno antes del receso. Mire la caja de macarrones bastante tentada, bueno, mientras nadie me vea estaré bien.

Abrí la caja sin hacerla sonar, saque con cuidado un preciado macarrón naranja. Mire al chico que estaba al lado mío, creo que lo noto pero desvío la mirada. Apenas la maestra se dio la vuelta al pizarrón metí todo el macarrón en mi boca, ¡delicioso!

-Señorita Rossi ¿tienes algo que compartir con la clase? -La voz de la maestra me asusto y empecé a toser como loca- No comas en clases por favor, primera y última advertencia

Una italiana en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora