Deseos

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Volví a despertar por que sentí mi teléfono sonando, claro, la alarma. Aun estaba en la misma pose en la que me acomode anoche, podía sentir la respiración de ella en mi pecho, la alarma puede esperar.

Aunque claro, ella no es sorda. Me hice la dormida mientras ella despertaba lentamente, acaricio su cara en mi pecho y me abrazo de la cintura, se me va a salir el corazón del pecho, ¡ayuda!

Ahora es solo cosa de segundos a que se dé cuenta, sentí que se quedo congelada y se tenso, levanto la mirada y me miro directamente a los ojos aun confundida.

-¿Dormiste bien? -Le dije pretendiendo que no era la gran cosa

-¡¿Lila?! -se separo enseguida apenada -¡Lo siento!

-No te preocupes por eso, fui yo la que se quedo dormida -me senté en la cama y me estire -Aunque pudiste haberme despertado y echarme a casa ¿sabes?

-Trate de despertarte, pero estabas totalmente adormilada y me daba miedo dejarte irte en ese estado, así que solo te ayude a cambiarte y te deje dormir

Demonios, no recuerdo nada de eso, quizás estaba muy cansada. Espera, espera, ¡¿me ayudo a qué?! Mire mi ropa, estaba usando una pijama de ella, me quedaba un poco pequeña pero no era para tanto.

-No te hubieras tomado tantas molestias, solo me hubieras lanzado un vaso con agua en la cara -Esto es muy vergonzoso, creo que estoy roja

-No es nada Lila, me hubiera sentido horriblemente preocupada si te dejaba ir a casa en mal estado -Dios, esta chica, ¡más le vale a Adrien aceptar sus sentimientos!

-Bueno, suficiente con mi sueño profundo -Me moví por su lado y salte cama abajo con energía -¡Hoy es el gran día!

-¿Gran día? -Creo que aun sigue medio dormida, se refregó un ojo mientras me miraba

-Día de la invitación bobita, tienes que preguntarle a Adrien hoy -Le guiñe el ojo y ella respondió poniéndose nerviosa, creo que ahora si la desperté

-¡Pero!, pero ¿y si dice que no?

-Pues al menos lo intentaste, no hay nada que temer, el no te va a humillar o gritar, es muy dulce para eso -Vi que su sonrisa se desvaneció lentamente ¿dije algo malo? -¿Sucede algo Mari?

-Gracias Lila

-No es nada, es un placer ayudar -Siento que algo está mal, pero no sé que es

Mi teléfono volvió a sonar, pero esta vez era una llamada, ¿Por qué siempre suena en los peores momentos. Mi madre, y tengo llamadas perdidas. Oh no, debe pensar lo peor seguramente, lo agarre rápidamente.

-¡Hola! -Dije alegremente, quizás mis encantos la calmen un poco

-¡Lila Rossi! ¿Se puede saber dónde estabas? -Se escucha molesta, mala idea

-Me quede dormida en casa de los Dupain-Cheng -Mire a Marinette y me mordí el labio, estoy segura que no me van a creer

-Entonces dame con Marinette -Exigió, supongo que como yo sabe que esta chica es incapaz de mentir

-Claro -Me saque el teléfono de la oreja- Ten es para ti

-¿Quien es? -Me miro confusa

-Mi mamá -le susurre y le pase el teléfono

-Hola ¿Señora Vitale? -Me quede escuchando la conversación atentamente -Si, es verdad... disculpe no sentí cuando sonó anoche el teléfono

Me senté en la silla del computador y espere a que terminará.

Una italiana en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora