Sin Retorno.

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—¿Este es el lugar? —preguntó Yukwon.

—Parece que si bostezamos nos pueden robar el alma —dijo Minhyuk.

La siguiente ubicación era en una zona un tanto extraña de la ciudad, donde algún que otro edificio departamental se levantaba en medio de lugares de esoterismo y clubes de dudosa reputación, no era la mejor zona para vivir y era la peor para invadir una casa.

—Jihoon, creo que será mejor si Taeil y tú se quedan aquí.

—¿No quieres que vayamos? —preguntó Jihoon con obvio rostro de preocupación.

—¿Te molesta que estén saliendo? —agregó Kyung.

Una enorme cantidad de palabras y exclamaciones inundaron el auto, por un momento llegué a creer que estallaría.

—¡Ya basta!, a nadie le molesta, digo, ya era hora, pero siento culpa, como si estuviera obligando a mi amigo a que arrastre a su novia a esto.

—Taeil no es una chica —respondió Jihoon.

—No me refiero a eso...

—¡Sexo! —gritó Kyung y de repente, me vi intimidado por todos esos ojos sobre mí.

—¡No!, pero nunca me perdonaré si aparte de meterlos en problemas también los separan. Es más fácil si...

—¡Tienen sexo! —gritó Kyung de nuevo, solo que esta vez estirando los brazos.

—¿Quieres dejar de pensar en eso?

—Oh no, esta noche nadie podrá pensar en otra cosa.

Yukwon señalo a alguna parte fuera del auto, los demás seguimos la dirección con la mirada, esperando cualquier cosa. Nunca había pensado que correríamos con tanta suerte, matar dos pájaros de un tiro sería la expresión correcta.

En una zona llena de locales con vida de día, por la noche muertos, salvo un bar un tanto interesante. Un edificio viejo en color verde botella de al menos unos ocho pisos, escaleras de incendio y dos personas reunidas en el mismo lugar haciendo su interpretación de la bestia de dos espaldas. Esta es mi noche de suerte. Mascaras abajo.

No puedo decir que no le temo a la oscuridad, he logrado dejarlas atrás poco a poco, pero aún sigue estando ahí, aterrándome cuando se le place. ¿Qué hay afuera de las ventanas?, tu departamento de soltera está en un quinto piso, nada llega ahí, no es un árbol, solo puedes usar la sabana y cubrirte, aunque claro, nadie dijo que los monstruos no son capaces de arrebatar cosas y tampoco nadie dijo que las brujas no gustan de dejar marcas en la ventana.

Si, aún le temo a la oscuridad, pero no tanto como al respirador.

Un golpe en la ventana es ignorado.
Alguien toca la puerta.
No hay tiempo entre los besos para ir a mirar.

No importa quien sea, si no hacemos ruidos no se darán cuenta de cómo un grupo de chicos comienzan a rodear el departamento, tres subieron por las escaleras de incendios y lograron abrir la ventana usando viejas técnicas de taller de herrería; y mucho menos sabrán que del otro lado hay otros tres esperando poder entrar.

¿Alguna vez has visto una bomba casera? ¿Sabes cuan fácil es hacer una? Por cuestiones legales no puedo decirlo, eso le corresponde a Minhyuk.

—¿Estás seguro de que nadie nos va a escuchar? —preguntó Taeil.

—Nadie vive arriba y la mujer que vive abajo tiene el nocturno en Nillili Mambo —contesté.

—Créeme, cualquier cosa de ahí es más ruidosa que esto, aléjense —agregó Minhyuk de forma picaresca dada la obviedad de que Nillili Mambo es un cine porno que abre por esta zona.

Block B - "LEGACY"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora