Rebobina un poco más.

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Ni siquiera tengo que decir que en aquellos días la idea de ir a la escuela no era algo que me emocionara, pero, todo el mundo tenía la maldita razón, durante los días de la recuperación ella no se merecía un acto malcriado de mi parte, eso ya lo sabía.

Ella, un tesoro hecho mujer a la que le había tocado pasar por las cosas más crueles y dolorosas de este mundo y sin miedo, ella las había pasado todas. Lo que fuera que generaba esta cruel realidad debía salir del lugar más asqueroso del abismo. Yo debía poner de mi parte, sí, eso ya lo sabía y aun así me reportaba enfermo, ni siquiera llegaba al salón, corría a donde pudiera pasar el tiempo hasta que se llegara la hora y ella viniera a recogerme.

No tenía mucho que hacer, salvo ver la sombra avanzar al ritmo del sol y jugar haciendo trizas algunas flores que se habían aparecido en mi camino.

—Si sigues haciendo eso la directora te va a echar —Jihoon venía con Kyung y Taeil, tomaron asiento al lado mío.

—La directora me tiene lastima, pero a ustedes no, deberían estar en clases.

—Si estas afuera nosotros salimos, ese es el trato, le avisaré a Jaehyo —dijo Taeil.

—¿Por qué a él? —pregunté.

—No estás en clase, pero te recogen en la entrada, Jaehyo no es tonto, incluso tiene un plan para salvarte el trasero —Kyung tardó más en decir eso que Jaehyo en contestar.

—¿Y quién los salvará a ustedes?

No me sorprendió recibir al unísono el nombre de Jaehyo como respuesta. Todos confiábamos en él, era el punto de control, la voz de la razón entre todas nuestras tonterías. Cuando la mitad había saltado desnudo al lago, la otra mitad saltaba en calzoncillos solo porque él los había convencido.

Cada uno era parte de una balanza, equilibrando las debilidades de uno con las fortalezas del otro. Los padres usarían la frase "si tus amigos saltan de un puente, ¿también lo harás?", bueno, en este caso nosotros éramos los amigos que saltaban del puente.

—Parece que tu lugar privado no es tan privado —Kyung señaló a una pareja que estaba frente a nosotros besándose—. ¡Te la vas a comer!

Kyung grito haciendo brincar a la pareja por el susto que les había provocado, a nosotros nos hizo reír, pero a ellos no les había hecho gracia y se fueron.

—No estaban haciendo nada malo —dijo Taeil.

—No, pero es divertido —respondí—, además, no les auguro un buen futuro.

Siempre tuve un problema con las relaciones, mis amigos lo sabían. Las consideraba una pérdida de tiempo invertido en alguien que nunca te querrá con la misma intensidad, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven para caer en esa bella trampa. Aparte de eso, siempre las vi como el mero requisito para encontrar al dichoso "amor de tu vida", sin embargo estaba consiente que algún día yo pasaría por eso y me aterraba.

Pero esos dos chicos, los conocía, eran amigos desde hacía un buen tiempo y ahora habían tomado la decisión de estar juntos de forma romántica, una decisión no muy inteligente si me preguntan, pues en los casos mágicos, esas relaciones terminaban de la forma más linda y sacada de un cuento de hadas, donde la amistad se convertía en amor verdadero y puro, para ellos llegaba el felices para siempre, sin embargo estaban los casos realistas, los que eran buenos amigos, pero no lo suficiente como para completar la fantasía, ellos habían arruinado su amistad para siempre, pues muy pocas personas de verdad tienen el valor de terminar una relación y continuar como amigos. Y desgraciadamente, estos casos abundaban.

Ahora debería evitar pensar en eso y encontrar la forma para hacer que mis dos amigos idiotas estén juntos por los siguientes ochenta años.

—¡Oye delincuente! Piensa rápido —gire la cabeza para toparme a Yukwon, Minhyuk y Jaehyo sentándose en el suelo de mi escondite cero eficaz en privacidad. Terminé haciendo malabares para atrapar una pequeña libreta que Jaehyo había arrojado.

Block B - "LEGACY"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora