Capitulo XI

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*pasan una semana*

Narra Sophie

*Zack al telfono*

-Ya queda poco, solo una semana-

-Ya lose, estoy contando los días.-

-Es viernes, ¿Harás algo?-

-Si, iré a buscar a Leah, la han dado de alta y está muy nerviosa-

-Mándale mis saludos, llamo luego-

Le mande un beso por el teléfono y corte, me tope con  mi madre saliendo de la casa.

-Te llevo a donde vayas, sube-

-No necesito nada de ti, gracias- sonríe y seguí caminando por la vereda.

Vi por el rabillo de mi ojo que ella andaba lentamente el auto al lado, realmente no quería nada de ella, no me interesaba, todos los días pensaba en porque seguí tan furiosa con ella, y no era capaz de responderme mi pregunta, no sabía si era por su trabajo o porque me hiciera ponerme en contra de mi padre por tanto tiempo.

Ya no quería seguir mirándola, pare al primer taxi que vi, le puse una sonrisa burlona y me subí. Al llegar al hospital subí corriendo, solo quería ver a Leah, no me habían dejado verla por una semana y ya me estaba preocupando, al llegar  al segundo piso note las maletas ya afuera y también a la señora del aseo a punto de entrar, escuche que alguien grito mi nombre por atrás y me día vuelta.

-Sophie!!!- y de un disparo estaba como un marisco pegada a mí.

-No sabes cuánto te extrañe- sentí que las lagrimas caian, las limpie para que ella no se enterara.

Su mama nos esperaba en la puerta, íbamos a su casa para hablar y además era noche de chicas.

*Mi papa al habla*

-Cariño recuerda que llego hoy en la noche-

-Ya lo sé, estaremos ahí-

-¿estaremos?-

-Yo y Leah-

Sentí ese pitito que suena cuando alguien cuelga la llamada, Leah se encontraba saltando en su cama me miro traviesamente y me dijo:

-Hoy fiesta en tu casa-

Le respondí – estás loca, acabas de salir del hospital-

Se me ocurrió la brillante idea de que hiciéramos la fiesta en mi casa, estaba papá y  de seguro  no le importaría tener a unos cuantos invitados….

-Me encanta-

Agarramos nuestra mochila y fuimos a mi casa, de pasada compramos algunos globos como para decorar, nos conseguimos unas botellas de vodka, pisco y whisky, y fuimos a la casa de nuestro amigo que es dj a invitarlo para poner la música.

Subí corriendo por las escaleras, ni siquiera me di cuenta que mi papá estaba abajo esperándome.

-Hola Leah- escuche desde el segundo piso

No escuche respuesta, solo sentí los pies de estas zonas en las escaleras mientras me seguía los pasos, pensé que quizá se estaba tomando muy enserio esto de ignorar a mi papá.

Narra Leah

Estuvimos toda la tarde ordenando el patio que sería la fiesta esta noche, me encargue de invitar a todo el colegio y de seguro ellos traerían más gente, Sophie no se puede enterar o me matara, ya me aburrí de Pete, trata de ser simpático, creerá que yo ya olvide su jueguito del hospital, no le doy importancia.

Llego nuestro dj y empezó a llegar la gente, ya había casi 70 personas y estaba buena.

La gente me saludaba y desde el balcón miraba a todos, me sentía con el control, lo más curioso es que ya no habían 70 ese número se había cuadriplicado, era un desmadre de gente, conocía a la mitad quizá, o menos, la verdad es que no importaba, me taparon los ojos.

-¿adivina quién soy?-

Toque sus manos y supe al tiro.

-¿Qué quieres?- dije muy feliz

-Ya sabes, ¿Tienes o no?-

-Me he conseguido- respondí

-Dame-

-Sophie sabes que no debemos-

Saque de mi bolsillo unas cuantas pastillas y las dividí en dos, agarre el vaso de vodka extra cargado y me tire la montonera de éxtasis a la boca, Sophie hiso lo mismo. Me dio un beso en la conjuntara y bajo, desde el balcón en el que yo seguí pude ver al chico más popular, ósea al capitán del equipo acercársele, ella llevaba una falda ajustada y corta y una blusa suelta que me saco de la casa, vi que él la tomo de la mano y se la llevo a la pista de baile, estaba de muerte el lugar, algunos ya estaban ebrios y otros no tanto, las luces producían una sensación única, a no ser que solo yo la sintiese a causa de la droga, un tipo me invito a bailar hace que baje y me incorpore a la masa de parejas bailando y me moví, sentía que en cualquier momento me iba a caer, encontré el equilibrio en sus labios y el comenzó a tocarme, mi mente reacciono y le pego una bofetada, todos nos miraron, solo camine de vuelta al balcón. La gente había llegado hasta el balcón, toda la casa estaba llena de ella, todo me daba vueltas, creo que tome de mas también y me bese por ahí con unos cuantos, perdí la cuenta luego de….ya se me olvido.

Llego un momento en el que estaba en el único lugar tranquilo y sin gente, la pieza del Sr. Y Sra. Wenstly, cerré la puerta y como pude me senté en la cama, pero para mi sorpresa una sombra se acerco  y me hablo, no recuerdo muy bien de lo que habanos , pero fue harto rato según mi percepción, este chico  era simpático y agradable, en un momento se coloco encima mío y nos besamos, estábamos solo y el lugar estaba apasionado, me desvestí al igual que él, sus besos recorrieron mi cuello y mis manos se unieron a su cuerpo.

-Te dije que tú eras todo lo que yo quería-

Eso fue lo que el chico misterioso dijo, me paralize al escuchar esto, este no era un chico, era el hombre que me había roto el corazón, era el mismísimo Sr. Wenstly.

Sabía que no podía pero sin quería, era lo que más quería, yo al igual que él lo amaba, y estaba lista para él.

Ahora no lo besaba por calentura ni por borrachera, lo hacía por amor, todo el ambiente cambio al saber quién era el hombre por el que gemía esa noche. No sé cómo pero sucedió, yo estaba ahí y  el también, Sophie no podía saber, el me besaba y yo lo disfrute más que con cualquier otro chico antes.

Eran como las 4 de la mañana y me había dormido desnuda en la  cama, a mi lado el  seguía ahí, no podía creerlo, todavía estaba lleno de gente en la casa, ¿Qué acaso  nunca terminaría?, con un dolor de cabeza salí y busque a Sophie, me volví a parar en el  balcón y la vi, saliendo  de la casa del árbol, labial corrido, ropa rasgada y muy despeinada, ella no estaba saliendo sola, el capital venia con ella, este venia sin pollera. Realmente se había pasado, ya me había imaginado lo que habían hecho, nada más ni nada menos  que lo mismo que yo, la gente se había dormido cerca de la piscina o en el césped, algunos todavía bailaban.

Pero que fiesta la que hubo acá.

An American FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora