Capitulo VIII

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Narra Leah

Me ha alegrado tanto despertar, y al abrir los ojos encontrarme con mi habitación llena de globos y regalitos por todas partes, Sophie, Pete, mama y papa estaban ahí. Seré tarada, hoy es mi cumpleaños.

Qué horror, estaba sin maquillaje, en pijama y con cara de zombi, sonreí muy feliz, me alegraba tanto volver a verlos a todos…

-Feliz cumpleaños cariño, no todos los días cumples 18-

-Gracias mama, no todos los días son tan lindos como este-

Sonreí y todos los demás también me saludaron, luego que todos acabasen mama dijo a papa y a Pete:

-¿Bajamos por un café?-

-Buena idea- respondieron ambos al mismo tiempo.

Sophie me miro y se acostó cerca de mí, nos miramos y comentamos los chismes del colegio un rato, necesitaba ponerme al día.

-¿Qué ha dicho la gente de mí?-

-Ben  y Jaime han preguntado por ti les he dicho que te fuiste de intercambio por un tiempo-

-¿Qué ha sido de ti?-

-No mucho la verdad, estoy un poco triste porque Zack se fue de gira y  estaré sola por un par de semanas-

-Me gusta tanto que estés tan enamorada con Zack, hacen una linda pareja-

-¿A ti te sigue gustando mi papa?-

-No, creo que fue algo tonto que paso por mi mente- mentí sin poder mirarla a los ojos, la verdad es que cada vez que me hablaba de él o lo veía mi corazón latía a 1000/minuto… era patético pensar que alguna vez Pete, querida tener algo conmigo, era mayor y tenia mujer y una hija que por confidencia o no era mi mejor amiga, no podía hacerle eso a una familia, ni aunque quisiera, tampoco pasaría.

-Me alegro que lo hayas superado, me estaba asustando-

-No te preocupes, ya no pasa nada- no quería seguir mintiéndole pero no le diría la verdad tampoco.

-Leah, creo que bajare a comer, vuelvo en un rato-

Me quede sentada en la ventana, sola, ya no quería estar aquí, quería volver al colegio, por más que lo odiaba, quería aburrirme en clases o burlarme de un profesor, quería escuchar los piropos que me tiran siempre los chicos cuando me ven pasar, quería….

-¿Qué piensas?-

-Pete… pienso que las habitaciones deberían ser re decoradas- me sonroje levemente.

Se sentó muy cerca mío y su pierna toco la mía, miro por la ventana, amaba mirarlo, su pálido, rasurado rostro, su olor a perfume y su físico casi de modelo, tengo que admitir que para tener 29 era muy guapo, pero seguía siendo imposible para mí.

-¿Leah, sientes algo por mí?-

No me había dado cuenta de lo que me había preguntado, estaba muy concentrada pensando en el y yo….

-Pete, de donde sacas esas ideas-

-Lose por cómo me miras, por cómo te pones conmigo, quizá a Sophie no se lo digas, pero yo sé que soy irresistible para ti-

-No sé lo que siento por ti, tú me produces confusión-

-¿Confusión?-

Narra pete

Muy dentro de mi yo la deseaba como nadie, ni cuando me case con Cara sentí amor como lo siento por Leah, ¿será eso posible?, como podría serlo si hace unos días le dije que no confundiera las cosas entre nosotros, ¿Por qué hice algo así? Si estoy loco por ella, la forma en la que sus dientes muerden sus labios, la forma en la que sus cabellos dorados se mueven con el aire acondicionado, con razón se siente confundida, que hago para que no se sienta así, como logro mostrarle mis sentimientos, yo la amaba desde que la vi aquel día en el gimnasio, las sensaciones que me produce en mis sueños, amo todo de ella, pero es imposible, ¿Por qué alguien tan bella y que lo tiene todo, se fijaría en un padre de familia como yo?, era patético pensar en que me amara de la forma que yo lo hago.

-Si, confusión, hace unos días, tenia “algo” claro, ahora no lose-

-¿Qué es lo que más quieres?- no deje de mirarla ni un segundo.

-Tampoco lo sé, ¿Qué quieres tu?-

-Yo…- tome un respiro y lo dije – Yo, te quiero a ti-

-Como puede eso ser posible-

-Desde que te vi que eres todo lo que he querido-

Mientras me hablaba y abría sus sentimientos, mi mano se deslizaba por su cabello produciendo que doblara la cabeza y cada vez que me miraba y me hablaba mi rostro se acerca más al suyo, ella no se corría, quizá ella también quería, pero de algo estaba seguro ella no lo quería tanto como yo.

Ya no resistí que todo esto fuese a suceder en un momento, quería sentir sus labios ahora no en un minuto, no lo evite, solo lo hice, y cuando no lo pensé, su lengua rozaba la mía produciéndome mucho más que mis propios sueños, este era mi sueño y deseo, yo la quería a ella, y la tenia, aquí conmigo, en este momento.

Mi cabeza se encontraba entre las manos de Leah, las mías seguían en su mechones dorados… mientras todo esto sucedía pensé más de lo que disfrute… y si…. ¿Si Sophie se entera?, ¿Si pasa algo más?, ¿Si Leah quiere ir más lejos en un futuro?, ¿Si esto no resulta? Y muchas preguntas más nadaban en mi mente. Me detuve, la aleje y me gire.

-¿Qué pasa, lo he hecho mal?-

-No no nada de eso, ha estado buenísimo, es solo que el que está confundido ahora soy yo-

-Si es por Sophie, no diré nada-

-No es solo ella es todo, nosotros somos distintos, esto no puede ser-

Vi como Leah comenzaba a llorar

-¿Por qué lo hiciste? ¿Para jugar un rato?, vete no te quiero ver.-

-Leah, no sabes cómo……- Comenzó a gritar como una loca.

-Enfermeras! Enfermeras!!-

*De un golpe se abre la puerta*

-Sr, debe salir, la visita ha acabado- dijo una de las enfermeras.

Vi como las otras dos enfermeras sedaban a Leah, todo por mi culpa, yo sabía sus sentimientos y  jugué con ellos…..

-Te odio- escuche esa frase unas once veces al salir de la habitación.

Cuando me encontraba fuera de ella, paradas detrás de mí se encontraban Sophie y la madre de Leah.

No dijeron nada.

-Despídete cariño, la visita a cabo-

-Pero papá!...-

-He dicho que acabo- 

An American FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora