Hace algunas semanas que la relación se ha formalizado generando una gran confianza en la mayoría de los aspectos, Samuel ha estado compartiendo la mayoría de los días con su nuevo amigo Christian, tanto que en su lista de contactos lo mantiene como "Mejor Amigo". En algunas ocasiones le cuesta creer como ha sucedido todo esta tan rápido, pero no siente ningún tipo de arrepentimiento al respecto ya que a su parecer es muy buena compañía.
Luego de un partido de futbol el cual ambos estuvieron de rivales y Christian ha sido el vencedor, deciden dirigirse a las duchas para liberar sus cuerpos del mal sudor y suciedad.
—¿Tienes planes para hoy por la noche? —dice Christian mientras que quita la ropa.
—Aun no le he preguntado a Mariana. —Samuel hace lo mismo.
—¿Tienes que pedirle permiso? —ríe— Hijo de mami.
—Idiota. —se coloca la toalla por la cintura— Cumpliremos dos años de noviazgo y ya sabes como son las mujeres con estas cosas.
—Igual si lo deseas, tengo un amigo de Anza Vista que hará una fiesta. —le brillan los ojos— Deberías anotarte, irán muchas chicas con culos gordos.
—¿Cómo puedes saber tú eso? —dice Samuel con ironía.
—Yo todo lo sé. —le giña un ojo— Puedes llevar a tu novia también.
—Vale, te llamaré. —se dirige a las duchas.
Christian observa su reflejo en el espejo buscando algún defecto de su rostro por la necesidad de verse increíble para la fiesta. De pronto sus ojos se distraen un poco y fija sus pupilas en Samuel, tal vez no fue su intensión pero su atención está totalmente en él. Nota como se coloca jabón por su espalda y luego el trasero, su rostro aparenta placer el cual conoce perfectamente pero no quiere demostrar.
Meses anteriores Christian había tenido un romance aventurero con un chico de las costas de San Francisco, no estaba en pleno conocimiento al público pero fue lo que le confirmó sobre su bisexualidad.
—¡Chris! —grita Samuel.
—Eh, ¿Sí? ¿Qué pasa? —dice intentado actuar con normalidad.
—He dejado el shampoo en el vestíbulo ¿Podrás traerlo? Por favor.
Antes de entrar a ducharse también, realiza la acción y le entrega el shampoo en sus manos. Christian queda totalmente perplejo frente a él sin poder hacer nada.
—¿Todo bien? —dice y sonríe Samuel.
Se logra sentir un poco de tensión en la ducha.
—S-sí, —sacude su cabeza— claro, claro.
Fue evidente su reacción ante su cuerpo desnudo, sentía atracción física por aquel amigo con el que comparte la mayor parte de sus días y el que tiene una relación estable con su novia. Es decir, es muy heterosexual.
ESTÁS LEYENDO
COMPAÑEROS DE PISSO ©
Historia Corta"¿Hacemos un trío?" Algunos dicen que tres son multitud, pero creo que si te atreves a leer esta historia podrás conocer como las cosas no siempre son lo que realmente aparentan.