Han transcurridos tres semanas desde aquella eventualidad sucediera en un cotidiano departamento donde una chica joven, periodista y emprendedora, sufrió un engaño bastante trágico por parte de su ya ex novio. Mariana durante los días ha sentido un batido de sentimientos que las ni las palabras podrían describirlas; dentro de su ser posee decepción por la infidelidad de su pareja y vergüenza por ser traicionada con un hombre. Sus noches de agonía y sufrimientos son sedadas con películas románticas y mucho helado que patrocina su amiga Karina, que ha estado con ella desde el inicio de esta dinastía.
La novia engañada percibe que timbre de su casa y al parecer no esperaba ninguna visita. Espera unos minutos para que se marche pero fue tanto la insistencia que decide levantarse atender. Abre la enorme puerta y es Christian; con la mirada baja y algo apenado. Mariana sin pensarlo dos veces intenta cerrar con fuerza pero él no se lo permite.
—No se que pretendes viniendo a mi casa, pero necesito que te largues. —dice furiosa.
—Necesito hablar contigo, si no fuera importante no estuviera aquí.
Christian pone esos ojos de melancolía y compasión que casi convencen a Mariana hasta que reacciona nuevamente.
—No me interesa. —sigue molesta.
—De verdad, es muy serio. —insiste— Por favor.
Ella lo mira con los ojos entrecerrados y de mala gana abre un poco más la puerta dejándolo entrar, no quiere arrepentirse de esto.
—Que sea rápido. —cruza los brazos.
—Es Samuel. —baja la voz— Desde que no está contigo se ha vuelto completamente loco, casi no come, no quiere hacer nada, vive la mayor parte del día en cama y es preocupante.
—¿Y quieres que me preocupe después de todo lo que sucedió?
—Debería, —la mira fijamente— porque él estuvo para ti durante dos años, y no es justo que por un error decidas darle la espalda.
—Esto parece un chiste —ríe con ironía
Ella pasa las manos por su cabello intentando tomar el aire que le falta para sobrevivir a esto.
—Christian él me ha engañado, me falló, y lo peor es que fue contigo.
—Creeme que lo entiendo, o eso trato. —suena sutil.
Se acerca a ella y toma su mano.
—Pero no podemos hacer prioridad a un mal momento ante miles buenos.
No suelta ni una sola palabra, realmente no quiere decir alguna tontería para la ocasión. Ella se acerca a la puerta y la abre. Christian sigue el camino hasta tenerla en su frente.
—Solo piénsalo. —se marcha.
Luego de tantos pañuelos empapados de lágrimas y todos esos recuerdos taladrando su mente con mucho dolor, Mariana toma la decisión de tener un reencuentro con su ex novio. Siente la gran necesidad de dejar los puntos claros y así poder liberar toda esa presión que la consume a diario.
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COMPAÑEROS DE PISSO ©
Nouvelles"¿Hacemos un trío?" Algunos dicen que tres son multitud, pero creo que si te atreves a leer esta historia podrás conocer como las cosas no siempre son lo que realmente aparentan.