05 | AMOR DE TRES.

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Las ocasiones sexuales entre ambos se generaban constantemente en el transcurso de las semanas, con decir que habría un solo día donde no follaran seria una completa mentira ante los ojos de su triángulo amoroso. 

Christian y Mariana se deseaban cada vez que sus ojos chocaban por coincidencia, solo que sabían disimularlo muy bien y él era un gran experto en ello.

Por otro lado Samuel continuaba con su trabajo y manteniendo un orden en su vida con sus dos amoríos, tanto su novia como su mejor amigo los cuales también tenían sexo como animales a escondidas. Él supone que todo está como debería y a parecer de muchos si lo está, es básicamente como una relación "mente abierta" debe funcionar, donde todos están con todos y no existe inconvenientes con ello.

Christian por su parte, no se siente muy a gusto con todo esto. Se enamoró perdidamente de Samuel como si fuera el único chico en San Francisco que realmente valiera la pena, pero de un momento a otro ingresa a su vida Mariana el cual ahora se siente totalmente atraído. Su mente siempre estuvo adaptada a una sola persona y no sabe lo que debe hacer, por ello decidió comenzar a tomar sus pertenencias de importancia y colocarlas en su gran morral para estar listo.


—¡Mariana! —grita y corre hacia ella.

—¿Samuel? —dice extrañada— ¿Qué haces aquí?

—Vengo a ver a Christian por un rato. —suena incómodo— ¿Y tú?

—Oh, lo mismo a lo que has venido tu. —sonríe y le da un beso en la boca.

—¿Y eso cómo para qué?

—Tu lo has dejado entrar a nuestras vidas ¿lo recuerdas? —frunce el ceño— Creo que llevarme bien con el es lo correcto.

—Eh, si bueno. Tienes razón. 

Al parecer Mariana sale de todo esto con las manos muy limpias.

—Entremos, no estaremos aquí todo el día. 

Samuel duda un poco de su palabra ya que hace unas semanas ella odiaba su existencia y ahora viene casualmente a visitarlo. Ambos ignoran por un momento sus pensamientos y deciden ingresar al mini departamento donde Christian se encontraba acostado en el suelo consumiendo un cigarrillo.

—¿Te levantas o te levanto? —habla Samuel en broma.

Todos ríen hasta que se coloca de pie.

Los recibe con un breve abrazo y de forma inmediata va a su cocina a tomar una cerveza. Los novios no dicen ni una palabra ya que lograban sentir la tensión por todo el lugar, hasta que Mariana nota la mochila centrada en su cama.

—Christian, ¿piensas ir a algún lado? —dice confundida.

—Lo tengo pensado. —bebe de su cerveza— Tal vez tome un tiempo para mí.

—¿A qué quieres llegar con eso de "tiempo para mi"? —reacciona Samuel molesto.

—Podría llamarlo unas "vacaciones de verano".—ríe Christian.

—Pero no puedes irte. —dice la mujer del lugar.

—De hecho si puedo, me iré mañana.

Christian da media vuelta y entra a su baño.

Ambos novios quedan totalmente perplejos ya que ninguno quiere que se marche nunca, todo es por la evidente atracción que sienten por el chico rubio.

Samuel intenta asimilar toda esta situación colocándose en el balcón para ver lo que resta de la ciudad, apoya sus brazos de la barra metálica mientras piensa en una solución, una forma de hacer cambiar de pensamiento a Christian.

Es allí, donde Mariana aprovecha el momento para acercarse a la puerta del baño y abrirla lentamente.

—¿Se le permite a esta dama pasar? —dice con picardía.

—Ya estas adentro, tonta.

—¿Que estas buscando? Te siento nervioso.

Christian revisa un par de cajas en su repisa de baño, saca algunas píldoras y unos jabones aromáticos de ellas.

—Quería encontrar esto. —levanta sus manos— Es necesario para el viaje.

—Entonces ¿es en serio que te marcharas?

Ella se acerca poco a poco, reduciendo el espacio entre ambos.

—No tengo porque mentirles sobre algo así.

—¿Qué pasará conmigo? —dice muy exaltada y llena de calentura.

—Viviras en mis recuerdos, quizá.

Pasa sus uñas largas por el pecho de Christian intentando seducirlo, levanta su pierna y la deja posar sobre el inodoro abriendo sus entrepiernas y mostrando su sexo a simple vista.

—Joder, no hagas esto. —pasa la mano por su nuca— No es el momento.

De un momento a otro ella no controla sus sentidos y se lanza literalmente sobre el plasmando un largo y fuerte beso.

El deseo de aquellos cuerpos no tenía comparación alguna, era solo un baño en el medio de la nada sin ninguna personal en sus alrededores hasta que es interrumpido por el tercero que inició todo esto.

—¿Que coño hacen?

—Mierda. —dice la novia en voz baja.

—Mariana ¿Qué haces besando a Christian? —suena confundido.

—Por favor, no te alteres.

—¿Como quieres que no me altere? Mi novia esta besando a mi mejor amigo.

—Si, mejor amigo con el cual follas tambien. —ella lanza su contraparte.

—No va al caso Mariana.

—Pues te equivocas. ¿Crees que es doloroso verme besando a tu amigo? ¿Piensas que esta mal lo que estoy haciendo? Si es así, entonces debiste pensarlo antes de engañarme a mi primero.

—¿Qué es esto? ¿Una especie de venganza?

Las lágrimas de Samuel recorres su mejillas a toda prisa.

—Eso quiera, tenía que sentir lo que yo viví... Y solo asi me entenderías.

—Oh, maldición Mariana.

Christian se encontraba en total silencio en una esquina de su baño, él solo analizaba su conversación y como todo esto lo afectaba. Luego de pensar en ello, decide dar algunos pasos y colocarse frente a Mariana.

—Entonces solo fui tu instrumento para tu venganza. 

—No, no Christian. —su rostro se llena de dolor— No fue así.

—Solo me usaste para cumplir tu objetivo, y yo de imbecil crei en ti.

Mariana intenta tocarlo pero él lo evita. Se siente traicionado como padeció ella hace algunos meses.

—Lo nuestro no fue un engaño, fue real. —dice la novia herida.

—Ahora no puedo creerte, simplemente no puedo.

Christian sale del baño a toda prisa y toma su morral grande y pesado.

—Por favor no te vayas ahora, por favor. —suelta Samuel.

—No se a lo que va su rollo, ustedes están completamente locos y yo fui parte de eso. Lo siento pero me largo. 

—Christian no. —grita Mariana.

Sin hacer caso a su corta oración, despeja el departamento rápidamente dejando a su paso todo ese mar de sensaciones las cuales no desean sentir.

Simplemente se retiro a costa de la presión de tener que amar a dos persona por igual cuando estas no poseen conocimiento alguno de ello...

Pero todo cambió y no hay vuelta atrás. 

COMPAÑEROS DE PISSO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora