Raven

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Dick observaba atento como el comportamiento de su compañera había cambiado por completo de la noche a la mañana.

Y es que en los últimos dias Raven ya no se pasaba las horas encerrada en su habitación meditando o leyendo. Ahora se dedicaba a pasar el tiempo con sus amigos riendo y hasta haciendo bromas.

Incluso había salido una tarde entera de compras con Kori y había jugado a videojuegos con Jaime y Logan durante horas... Mientras que para él reservaba las noches. Todo era perfecto , demasiado perfecto.

A Dick eso le agradaba en exceso. Las conversaciones con Raven de madrugada se habían convertido en un ritual para ambos. Él no quería hacerlo porque de alguna manera sabía que estaba engañando a su novia, pero las ganas de estar con Raven lo traicionaban llevándolo cada noche a la misma hora y al mismo lugar para esperarla allí impaciente. Estaba a punto de pasar la linea.

Por su parte Damian se mantenía apartado de todos. Él también notó el cambio en Raven y eso lo ponía nervioso. La observaba expectante, notaba que algo andaba mal con ella, pero no lograba entender del todo que es lo que era.

Una tarde todos quedaron con la boca abierta al ver como la joven aceptaba una cita con Gar.

–¿Lo dices enserio?– preguntó Logan  con los ojos muy abiertos.

–Sí... ¿Dentro de media hora en el jardín?

–Sí nena ,si.–gritaba el joven dando saltitos.

-Ok. En media hora nos vemos.– ella reía feliz.

Cuando Raven se marcho Jaime no pudo evitar preguntar.

–¿Como lo has echo Logan?

–No sé, viejo. Simplemente la vi receptiva y me arriesgué.– la sonrisa que tenía no le cabía en la cara.

–Me alegro por los dos.–contesto Jaime alzando el puño cerrado para que Logan  choraca con él.

–Bien echo Gar.– Dick lo felicitó serio dándole una palmadita en la espalda.

El joven solo le devolvió una sonrisa y salió corriendo transformándose en una liebre directo a su habitación.

Dick se sentó cerca de Damian y en un susurro habló.

–Te lo dije... La has perdido.

–Lo sé... –contestó Damian sin levantar la vista del libro que tenía entre las manos.

– ¿Y no piensas hacer nada?– en cualquier otro momento la contestación de Damian habría dado lugar a miles de bromas por su parte pero ahora no tenía ganas de reírse ni  de él ni de nadie.

–...

–Contesta enano...

–...

–En fin...

–¿Y que quieres que haga? Solo es una estúpida cita. No se va a casar con él... Es demasiado poco para ella.

– Todo es demasiado poco para ella– suspiro agobiado Dick.

Damian fijó sus ojos en el mayor.

– Solo pasa las noches hablando contigo porque hay algo mal en ella y no puede dormir, así que no te hagas ilusiones.

.....

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