no somos amigos, jeongguk. probablemente nunca lo fuimos. ni siquiera recuerdo cómo fue que nos hicimos cercanos, pero ahí estabas. tus ojos cerrados y tu boca entreabierta. tus manos me sostenían fuertemente de la cintura y tus piernas enredadas con las mías.
era una costumbre despertar de esta manera, pero últimamente mi corazón se sentía demasiado agitado y grande para mi pequeño pecho.
¿cuándo fue que comenzamos a dormir en la misma cama? ¿o que nos volvimos tan cercanos? ¿que tus ojos comenzaron a buscarme primero al entrar en una habitación y que tus manos sostenían las mías bajo la mesa durante la cena?
no somos amigos, jeongguk. pero te siento más cercano que eso. siento que me conoces incluso más de lo que yo mismo hago; así como te conozco yo a ti. porque aprendí todas tus manías, lo que te gusta y lo que no y cómo hacerte sonreír luego de un largo día.
y me sonríes de esa manera y mi corazón siente que va a estallar. mi estómago se revuelve, pero no lo puedo evitar. tampoco quiero hacerlo.
supongo que tú lo sabes, porque sigues tratandome como si fuéramos amigos frente a todos. pero no lo somos y nunca lo fuimos; probablemente no lo seremos.
porque los amigos no sé besan y tampoco duermen en la misma cama. los amigos no se aman de la manera en que nosotros lo hacemos.
tal vez, si fuéramos amigos, yo dejaría de sentir esto que siento por ti. o no tendríamos que escondernos. ¿estamos haciéndolo? porque se siente como si hay un gran secreto entre nosotros y que nadie debe enterarse. parece que tú no quieres que lo sepan; tal vez es miedo, o vergüenza. sea lo que sea, me hace sentir incómodo. me hace sentir tan lejano.
¿cómo es posible que pueda sentirme de todas las maneras posibles contigo? aún recuerdo cuando te conocí hace un par de años. eras como un niño perdido, apenas hablabas, pero aún así lograste impresionarme con tu voz y tu sonrisa. recuerdo que me sentía celoso de Jimin porque era con quien más pasabas los tiempos libres, sonreías más abiertamente con él e incluso tenían bromas internas.
de no haber sido por aquél día en que descubriste que tomaba prestada tu ropa interior -que admito aún me hace sentir muy avergonzado-, probablemente ni siquiera seríamos la mitad de lo que somos ahora.
empezaste a escribirme con frecuencia y a esperarme despierto hasta altas horas de la noche cuando me quedaba en el estudio. todos notaron el cambio en ti, hasta el punto en que me empezaron a culpar por quitarte el tiempo. pero aún así seguías dando tu cien por ciento en las prácticas.
quién diría que eventualmente sería yo quien estaba esperando tus mensajes, o quien se sentía nervioso al saber que te encontraría ahí, sentado en el mismo lugar, esperándome para poder dormir.
fuiste tú quien siempre dio el primer paso. fuiste tú quien se acercó primero; quien me tomó de la mano ese día que regresábamos a casa súper tarde, quien apareció a la una de la madrugada en mi habitación porque no podía dormir. fuiste tú quien dio el primer beso.
pero entonces también eras el primero que se echaba para atrás. todas y cada una de las veces. soltabas mi mano cuando alguien nos miraba, procurabas despertar más temprano para no supieran que te escabulliste a mí habitación la noche anterior y me besabas únicamente si estábamos solos.
a veces desearía poder hablar contigo sobre mis sentimientos -que cada vez se hacen más y más fuertes- pero el miedo me gana y me termino convenciendo de que estamos mejor así. sin títulos ni etiquetas.
