Gateway Drug. || FLOZMÍN.

»cuatro.

-Dale Florencia, no soy boluda.-

La mañana del sábado había atacado a Flor sin piedad junto con Miranda. Nuevamente el pobre sueño de Florencia había sido interrumpido por el sonido intratable del timbre, causado por su hermana quien aparentemente había ido a su departamento de imprevisto con la intención de no marcharse hasta obtener respuestas a sus propios interrogantes.

-No sé de qué me estás hablando Miranda, pesada del orto.- Respondió Florencia cruzándose de brazos. Claramente no quería hablar del tema y su hermana lo sabía, pero no parecía importarle.

-Dale Flopi, soy tu hermana, me podés contar lo que sea...-

Florencia se mantuvo en silencio por unos minutos tratando de descubrir y entender a dónde quería llegar su hermana con aquel interrogatorio. Al no poder obtener respuesta interna alguna, le pidió a su hermana que continuara con su discurso, solo para comprobar si existía alguna razón sensata destrás de todo aquel escándalo.

Miranda suspiró antes de mostrarle una sonrisa pícara, intentando por última vez lograr que su hermana dejara de ser tan ingenua por un segundo. Al no lograrlo, comenzó a recordarle los acontecimientos ocurridos.

-Te hablo de la doctora Jazmín del Río...¿te toca alguna campana? ¿te suena? Me parece a mí o varias cosas de ella encajaban en el perfil que describiste.- Miranda no pudo evitar reirse al ver la forma en la que Florencia se ruborizó. -Te pusiste roja, ¿qué tengo que saber acá?-

Florencia finalmente entendió la razón de la inesperada visita de su hermana. Sus tics comenzaron a apoderarse de ella, al igual que sus pensamientos: "No hay forma de que Miranda y Jazmín hayan hablado ayer sobre..." Florencia comenzó a torturarse. "No, no, no, no pasó eso, calmate." No estaba lista para hablar de aquello todavía, y tampoco quería hacerlo. Si bien no parecía, o por lo menos Miranda no parecía entenderlo o respetarlo, Florencia tenía límites.

-Primero, no sé de qué me hablás, y segundo, no tengo que darte explicaciones de nada.- Flor sabía que estaba reaccionando de manera descortés, pero ya estaba muy nerviosa y alterada como para controlarse. -Perdón, pero no estoy de humor para que me atosigueís desde tan temprano, así que te invito a que te retires por favor.- Florencia obligó a Miranda a seguirla hasta la puerta. Si bien su hermana se encontraba sorprendida, no estaba molesta, ella misma reconocía que a veces podía pasarse de la raya con Flor y ser bastante abrumadora, pero no lo hacía con mala intención, por supuesto.

-Está bien, está bien, me voy.- Miranda dijo desde la puerta antes de marcharse, intentando enmendar su error y tratando de calmar a Flor, evitando que esta se golpeara en el pecho. -Animate a probar cosas nuevas Flor, salí de la zona de comfort de una vez...-

-Te veo en el hotel, Miranda. Rajá de acá boluda.- Florencia ya no quería saber nada más con su hermana.

-Nop, hoy vas a estar sola. Carla y yo vamos a cuidar a Virginia a la clínica y Lucía va a ir a esa reunión con los contadores para arreglar unos temitas o que sé yo...-

Cerró la puerta de su departamento. Definitavemente había arrancado el día de la peor manera.

Y no estaba equivocada. Su día no había mejorado en absoluto. Nunca había habido tanto caos en el hotel. En en el segundo en el que puso un pie dentro de la instalación, ingresó en el ojo de la tormenta de los problemas. Huéspedes quejándose de la demora a la hora de realizar el "check-in". Huéspedes reclamando platos de comida muy fríos o muy calientes en el restaurant. Huéspedes sobrepasados de alcohol en la barra. Huéspedes acá, huéspedes allá. Y Florencia apenas pudo suportarlo. No estaba acostumbrada a hacer este tipo de cosas sola, sus hermanas siempre habían estado ahí para ella. Pero de todas formas, sobrevivió al día que parecía ser eterno. En cuanto los hospedados se fueron a sus respectivas habitaciones al caer la noche, Florencia no dudó en acercarse a la barra, ya completamente destruida y agotada.