Una realidad detestable
Las 6 am y sus ojos aún se negaban a abrirse y enfrentarse al mundo. Odiaba los días de clase, a pesar de estar en último año, lo detestaba. Se incorporó en su cama a las seis con treinta minutos, frotó sus ojos y miró la mesita de noche. Allí, Navidades Trágicas, libro que había terminado la noche anterior, reposaba boca abajo. Tomó su celular, dándole una ojeada a sus mensajes, como siempre, la bandeja de entrada se encontraba vacía.
Dejó el celular y guió a sus pies hacia el baño, dispuesta a comenzar a arreglarse.
Una vez estuvo lista, llaves, celular y Un cadáver en la biblioteca en mano, se despidió y salió afuera, topándose de golpe con el frió invernal. La brisa le congeló la nariz, para después bajar hasta sus manos y mantenerse ahí.
- Maldito frío, por eso detesto estas épocas. – Sacando de su bolso unos guantes procedió a colocárselos, aunque resultando en vano, ya que sus manos parecían no perder ni un poco el frío. Gruñó molesta, pero decidió aguantar, al fin y al cabo no había mucho que pudiera hacer.
El camino al instituto estaba cubierto de nieve, blanquecino en su totalidad, pero Lana no estaba prestándole ni la mínima atención al panorama que había a su alrededor. Sus ojos devoraban el libro de Agatha Christie con vehemencia. Ya se había perdido en su mundo de nuevo.
Pero ese día en particular, luego de llegar al instituto, guardar sus cosas y pasearse por los pasillos hasta llegar a su salón; Lana sentía que había algo nuevo, algo que merecía la atención de sus hermosos ojos azules, sólo que no sabía qué era. Y como toda cosa en su vida, prefirió ignorarlo.
Tres toques y el rostro frustrado de su profesor de geografía le abrió la puerta.
- Señorita Clayton, déjeme informarle que llega tarde, sumamente tarde, como siempre. – Lana suspiró cansada y miró el reloj que colgaba en una de las paredes del salón. Siete con cincuenta y cuatro minutos. Sí, había llegado demasiado tarde, pero a Lana poco peso le hacía esa aseveración, pero sí detestaba que a causa de eso fuera el blanco de sus compañeros. – No le impongo un castigo porque es la estudiante con mejores notas en mi materia, Clayton. – Con un asentimiento, Lana se adentró en el salón, recibiendo miradas por parte de sus compañeros.
Una vez tomó asiento, miró sólo y únicamente al pizarrón, prestando completamente atención a la explicación del profesor Svensson. Lana era percibida por todos como la chica que sólo se dedicaba a sacar excelentes calificaciones y leer. Algunos decían que era arrogante y prepotente, porque muchas veces cuando alguien le dirigía la palabra, ella los ignoraba si estaba leyendo. No era su culpa hacerlo, ya que pocas veces Lana abría la boca para hablar, era el hecho de estar tan sumida en el libro que todo sus demás sentidos se apagaban dejando sólo sus ojos para leer.
También detestaba el como le llamaban
La chica Agatha¿Estupido, cierto?
Debía admitir que le hubiera gustado llevar el nombre de su escritora preferida, pero la forma en la que ellos lo decían, hacía que todo lo lindo que podría sonar se fuera al caño.
Había muchas cosas que Lana detestaba, los días de clases, las épocas de frío, el llegar tarde y recibir todo esa atención no deseada, pero ese día, se daría cuenta que a pesar de detestar muchas cosas de su realidad, habría una que haría que todo eso diera un giro de ciento ochenta grados.
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"Lana Clayton, deja de detestar las cosas."N/A: ¡Hola! ¿Cómo están? Decidí subir el primer capítulo ya editado y que mejor que hacerlo que con una nueva portada ❤👏 Gracias a Amy_Alva
Le quedo hermosa, ¿verdad?
Pues bueno, espero ésta nueva versión les guste más y llame más su atención, que disfruten leyéndola porque eso es lo más importante
❤Besitos, se les quiere.
- K.
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La Chica con El Libro de Agatha Christie
Mystery / ThrillerLana es una chica que prefiere ignorar el resto de su entorno para centrarse únicamente en leer todas las novelas de su escritora favorita, Agatha Christie. Siempre tiene la cara metida en alguna de las afamadas novelas. Hasta que un día tropieza co...