Ella, cargada de tantos complejos que tiene miedo de ser ella misma.
Camina por la calle con voces en su cabeza que le dicen que todos a su alrededor la juzgan.
Ella no puede mirar a los ojos porque le miedo a sentir que no encaja es más grande que ella.
Ella es invisible y no se siente especial; se refugia detrás de su libreta y su pluma e increíblemente, aunque al escribir se vuelve totalmente vulnerable, también se vuelve fuerte.