Capítulo 19

115 17 1
                                    


Al día siguiente, Minki espero a Dongho en el portón del instituto. Cuando éste llego lo tuvo que detener del brazo porque paso de largo ignorándole.

—¿Cómo es eso de que tienes 19 años? —eso fue lo que más le molesto de todo. Baekho le mira sorprendido.

—¿De dónde sacaste eso?

—De internet.

—¿Me estás investigando? —la sonrisa divertida del mayor logra sonrojar las mejillas de Ren.

—No, no, fue mi hermana, ella... De todas formas no me importa —dice aún más molesto, voltea y decide caminar hacia el interior, pero Baekho se lo impide cuando le agarra del brazo y lo acorrala contra el muro.

—No puedo dejarte ir, sabes demasiado —ese tono amenazante estremece el cuerpo de Minki.

De la nada una furgoneta negra se estaciona a toda velocidad frente a ellos, del otro lado baja un chico vestido totalmente de negro, parecía un ninja y más al treparse, subir al techo y bajar como todo un especialista en artes marciales. Ren levanta una ceja extrañado, —¿De qué circo salió éste loco? —piensa.

El ninja mira a Baekho y lo golpea en el cuello, dejándolo dormido, pero el chico no llega a caer al suelo porque lo agarra y antes de que Minki reaccione otro chico: vestido con un traje totalmente amarillo lo deja en shock. Era lo más llamativo y ridículo que había visto en mucho tiempo. Mientras Ren pensaba en eso ya habían metido a Baekho a la furgoneta, luego ambos hombres se acercan a él y lo meten al vehículo, que arranca a toda velocidad.

—Cállate y quédate quieto o te vuelo la cabeza —le ordena el rubio de amarillo, saca una pistola y le apunta. Ren se asusta, ¿Lo están secuestrando? Y Dongho a su lado noqueado. ¡Genial!

—No te tomara en serio con una pistola de juguete —dice el conductor que está vestido con traje negro y lleva un gorro, como los choferes de limosinas.

—¡Pero él no lo sabía! —hace un puchero el rubio, se quita las gafas doradas y tira el arma al suelo.

Minki frunce el ceño, ese chico se veía muy joven, como alguien menor que él y el de negro no deja de jugar Candy crush en el celular, lo sabe porque puede escuchar el sonido del juego. ¿Era esos unos secuestradores? ¿O quizás unos patéticos niños?

—Eres el profesor de educación física —Minki mira a Heechul que voltea y le guiña un ojo—. ¿Qué les pasa?

—¿A ti que te pasa? Tienes que decirle al tigre que lo amas, hacerle feliz y dejar de investigarle. Eso es acoso.

—¿Qué, qué?

—No lo niegues, Minhyun nos lo dijo y él lo sabe todo —el rubio juega con los rizos de sus cabellos. Ren admite que se ven di-vi-nos esos cabellos.

—¿Qué producto utilizas para tenerlos así? Son muy brillantes y suaves —Ren se da la libertad de tocar los cabellos del chico.

—La verdad es que no sé, Himchan es mi peluquero particular, él los deja así —sonríe el del traje amarillo dejando embobado y confundido a Minki, es muy lindo pero menciono a Himchan—. Eres muy lindo, ¿Puedo besarte? —pregunta el rubio acercándose al rostro de Ren.

—¡Zelo! ¡Contrólate! —ante el grito de Heechul el mencionado se aleja de un perturbado Minki, que casi se hace uno con el asiento por intentar evitar al otro.

—Sólo es un beso —hace un puchero Zelo volteando hacia el mayor.

—¿No se supone que teníamos que tortura a éste chiquillo para que diga lo que realmente siente por el tigre? —pregunta el ninja de negro apuntando al secuestrado consiente.

Una vida de locos - BaekRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora