Capítulo 24

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Un año después.

Baekho entra a su casa desajustando su corbata.

—Ya llegue —anuncia caminando al salón en busca de Ren.

—¡Estoy aquí!

Se escucha el grito desde el baño, Baekho camina hacia él, la puerta está abierta y Minki está de espalda sosteniendo algo entre sus manos, parece temblar.

—¿Minki? —llama preocupado, el nombrado voltea dejando ver su emocionada sonrisa y sus ojos lloros.

—¡Seremos padres! —señala feliz el artefacto en su mano, un test de embarazo—. ¡Tendremos un mini Baekho!

Baekho siente su corazón detenerse, paralizado no logra corresponder al emocionado abrazo de Ren.

En ese momento las ventanas se rompen y las puertas se abren dejando entrar a hombres vestidos de negro, con cascos y apuntando a la pareja con sus armas.

—¡FBI, arriba las manos! —ordena uno de ellos—. Kang Dongho, queda arrestado por corrupción de menores.

Corrupción de menores.

¡Corrupción de menores!

¡DE MENORES!

Con un grito abre los ojos y se sienta en la cama asustado, mira a su alrededor viendo a Ren dormido a su lado, la habitación está a oscuras con la claridad del amanecer iluminando un poco desde la ventana. Baekho cae en la cama de nuevo, aún con el corazón agitado por el terror que sintió en la pesadilla.

Ha tenido esa pesadilla desde su primera vez con Minki hace ya un mes cuando el chico cumplió 18 años. Están en Estados Unidos, en el departamento de Baekho y Seokjin, suelen verse ahí cada tanto entre viajes, Ren suele ir más veces, Baekho casi no tiene tiempo para un viaje a Corea del Sur por sus estudios.

Hace dos años decidieron seguir con su relación a pesar de la distancia y les ha ido bien.

Baekho tiene esas pesadillas porque si bien Ren tiene 18 años ahí, en Corea aún es menor de edad. ¡Lo ha corrompido! La mayoría de edad en Corea es a los 21.

Toma a Ren en sus brazos, sintiendo la tranquilidad y seguridad de que nada malo puede pasar. Baekho mira la ventana una vez más antes de cerrar los ojos.

Horas más tarde, después del desayuno, se encuentran en el auto rumbo al aeropuerto donde Minki volverá a casa después de las largas vacaciones junto a su novio.

—¿Me estás escuchando? —reclama Ren al ver que el conductor no parece interesado en lo que dice. Baekho sonríe nervioso y niega.

—¿Qué decías?

—La próxima vez debes ir a visitarme —repite Ren viendo la expresión del mayor caer, palidece como si hubiera visto un fantasma.

—¿Qué? ¿De verdad tengo que ir? —pregunta nervioso Baekho mientras mira el camino.

—Sí, mamá quiere volver a verte y todos los chicos también —Ren juega con su cabello corto y negro, le da un toque adulto, todo lo contrario a su anterior estilo rubio y largo—. Ya lo discutimos y prometiste ir.

—Pero... —Baekho estaciona el auto en un lugar disponible y mira al menor— ¿y si quedas embarazado y el FBI viene por mí?

—¡Otra vez con eso! —regaña Ren golpeando el muslo de su novio—. No puedo quedar embarazado ¡Soy hombre!

Más tarde. El menor debe subir al avión, se despide de Baekho con un apasionado beso, a duras penas le suelta y camina a la entrada del avión.

Tiempo después.

—¡Mentiroso! ¡Dijiste que ibas a venir! —un furioso Ren grita apenas Baekho contesta la llamada.

—Bebé, lo sé...

—¡Nada de bebé! ¡Maldito mentiroso! Ya verás cuando te agarre voy a destrozarte la...

Y aunque Baekho quiso cortar por puro miedo tuvo que aguantar y escuchar todas las amenazas de su novio.

—Lo siento. ¿Si vendrás? —intenta cuando Minki parece calmarse.

—Iré, pero será la última vez —Ren sigue refunfuñando maldiciones.

Baekho suspira aliviado y sonríe al conseguir la victoria. No irá a la cárcel mientras no pise Corea.


Fin.

Una vida de locos - BaekRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora