Sin palabras. [sekai / kaihun]

8.

"¿Por qué escribes como si se te acabara el tiempo?" JongIn pregunta cuando ve a SeHun en la biblioteca, escribiendo frenéticamente en el papel.

"Por nada..." SeHun sonríe ampliamente, sin poder ocultarlo.

"Finalmente encontraste un tema para el poema, ¿no?" SeHun muerde su labio."¡Quiero ver!"

El pelinegro acerca el papel a su pecho rápidamente, protegiéndolo de cualquier mirada curiosa. "N-no."

JongIn hace puchero. "¿Qué? Yo te dejé ver el mío. No tienes que avergonzarte, Hunnie. No soy el mejor escritor del mundo. No voy a juzg-"

"No. N-no entiendes, Nini. Yo..." Sus pálidas manos están temblando ligeramente, e intenta ocultarlo aferrándose más al papel.

"No entiendo. Creí que era tu mejor amigo, SeHun. Creí que nosotros nos entendíamos más que cualquier otra persona en el mundo. Ahora...¿ahora crees que no puedo entenderte? ¿Hice algo mal? ¿Cómo es que hice que dejaras de confiar en mi?"

SeHun quiere contarle, quiere revelar todos sus secretos. Pero... "Confío en ti, lo hago. Pero no puedo-"

"Vale, entiendo." Lo interrumpe amargamente. "No soy suficiente para saber."

"Nini...no hagas esto, por favor."

"No,me iré. Está bien. Quizás no tenga más amigos, pero al menos no estaré perdiendo mi tiempo con alguien que no quiere ser mi mejo ramigo. No puedo creer que realmente pensé que yo te gustaba."

SeHun comienza a respirar con rapidez, y no quiere perder a su mejor amigo.Su corazón duele, es como si su pecho se hubiera partido a la mitad.¿Por qué tenía que ir y arruinar todo? "JongIn, por favor."

"Lo siento por lo que sea que haya hecho, SeHun. Lo siento." Una lágrima solitaria se desliza por su mejilla. "A pesar de que esto sea tu culpa, no puedo dejar de disculparme. Joder."

Sus palabras cortan como un cuchillo, hiriendo a SeHun. "Por favor..."susurra, las únicas palabras que logra decir en ese momento.

"Adiós, SeHun. Lo siento." Lo siento por enamorarme de ti todo,agrega mentalmente JongIn y lo deja atrás.

SeHun se esconde en la sección de la biblioteca a la que nade va y a nadie le importa. Aquello simpatiza mucho con él en ese momento. Se sienta en el piso, escondiendo su rostro entre sus rodillas, y llora allí por el resto del día. Es invisible ahora, escondido entre cuatro librerías.

Se siente completamente sólo.