Cap 5: Un hombre

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TAO:

"Mi planeta está poblado por plantas, bestias y hombres. Las bestias y los hombres se mueven pero no creo que se muevan por sí mismos, alguien los debe estar moviendo con unos hilos invisibles que están por todos lados. Alguien debe estar en alguna parte por encima de todo, muy bien escondido para que no podamos verlo. Debe ser muy tramposo el que tira de esos hilos ya que mueve todo para que creamos que estamos vivos. Nos engaña porque en realidad no lo estamos,  yo no creo que nada esté vivo, creo que somos como unas máquinas.

Todos me engañan. Dicen que soy un príncipe, que soy el hijo de un gran guerrero, soy un hombre...

Pero...  ¿Qué es ser un hombre? No lo sé, todos dicen muchas cosas pero yo solamente le creo a mi madre: ella mantiene unidos los hilos que me mueven. Si me suelta no sé adónde voy a ir a parar.

De vez en cuando se rompe alguno de esos hilos y parece que una parte del mundo se cayera a mí alrededor. Todo lo que veo desaparece como si una explosión de energía lo hubiera borrado. Tengo que esforzarme para volver a poner todo en su lugar. Paso muchísimo tiempo volviendo a juntar todos los pedacitos y armando lo que se rompió. Me da verdadero trabajo: armar una planta, una nube, la cara de alguien, es muy difícil volver a poner todo eso en donde estaba, demasiado difícil.

Otras veces se me confunden las caras, veo a las personas y no sé quiénes son, sus caras parecen no tener forma alguna. También he creído ver a todos sin ninguna cara y eso me da muchísimo miedo. Mi madre dice que no puedo tener miedo porque seré el Rey de este planeta.

Los hombres no podemos tener miedo. ¿Un hombre? ¿Qué tengo que hacer para ser un hombre? No lo sé y necesito saberlo.

Necesito el tiempo y el lugar para poder acomodarlo todo. Me hace falta una guía, un mapa para poder avanzar, lo busco desesperadamente, tengo que encontrarlo, si no lo hago todo va a explotar, todo va a hacerse pedazos. Va a reventar el mundo que tengo en mi cabeza y también el mundo que está afuera.

Todo va a reventar: eso me da miedo y no puedo tener miedo. El miedo es rojo y odio el rojo.

Odio el miedo.

***

 Tao había sido un niño como los otros, tranquilo y muy apegado a su madre, la seguía a todos lados como su sombra. Ella no sintió nada por él cuando lo vio recién nacido pero después lo cuidó como a su tesoro más preciado.

Lúa educó a su hijo como heredero de la sangre real de Alción. Ya que había sido designado para llevar su insignia lo entrenó para que fuera fuerte. Tao demostró serlo desde muy pequeño, era con mucho el más poderoso de los cinco hermanos. Aunque Lheo era ágil y manejaba su energía interna y Yar era casi brutal ninguno de los dos hubiera podido vencerlo en una pelea. 

Todos estaban de acuerdo en que Tao sería el rey de la tierra. Lúa se sentía complacida y no decía nada pero había decidido que él sería rey cuando ella muriera. Por ahora era solamente príncipe, ella era quien gobernaba y su hijo le pertenecía.

Tao era inteligente e introvertido. No jugaba demasiado con los otros chicos, prefería que lo dejaran en paz.  Pasaba mucho tiempo solo haciendo cálculos con los números que le había enseñado su madre. Tenía una habilidad increíble para las matemáticas, después de agotar todos los conocimientos que Lúa pudo transmitirle inventó nuevas fórmulas y aprendió a mirar el mundo a través de ellas.

Lheo era el único de sus hermanos con quien hablaba un poco más. Le tenía bastante confianza.

Una vez, cuando ambos tenían cerca de nueve años a Tao le había llamado la atención Thabita, la hija que Aura había tenido con Char, hermana de Lheo pero no suya. Sin querer la había visto desnuda. Eso lo conmovió de una manera extraña, era la primera vez que veía el cuerpo desnudo de alguien del otro sexo. Fue por eso que se lo comentó a Lheo.

Hijos de las Estrellas - 1º Parte: CosmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora