«Legatum Revelatum Est» Damon Salvatore [EDITADA]

«Cosas que olvidé al nacer»

Cuando desperté estaba en una casa enorme, parecía abandonada, Elena y yo reposábamos en un sillón. Un hombre nos desataba, se detuvo y pasó un dedo por las heridas de Elena, aún había sangre seca en ellas.

- ¿Qué haces? mi hermana está herida. Le gruñí tratando de soltarme.

- Lo sé, solo quería probarla.

- Déjala. Le grité.

- Contrólate. Gritó una mujer joven detrás de él, parecía al mando.

- Aguafiestas. Protestó el chico.

- Dios mío sois idénticas, como dos gotas de agua. La mujer miró fijamente a Elena y después me miró directo a los ojos.

- Ella no es Katherine, es Elena Gilbert. Le expliqué, deseando que fuese solo una confusión.

- Lo sé, cállate. Me gritó.

- ¿Qué hacemos aquí?¿qué queréis de nosotras? Le pedí tratando de encontrar una respuesta.

- Quiero que te calles. Me dio un fuerte golpe, y todo se volvió negro de nuevo.

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- Oye Stefan, si Sara y Elena van a dormir en vuestra casa que me avisen para que las cubra. Le dijo un Jeremy preocupado a Stefan.

- No han dormido en casa.

- Pues esta mañana no estaban y la señora Lockwood dice que el coche sigue en su casa.

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- No puedes hacer esto solo. Le reclamó el pequeño de los Gilbert a Stefan, ahora ya estaban seguros de que alguien se las había llevado. Sara y Elena habían desaparecido.

- No está solo. Damon apareció.

- ¿Vienes conmigo?

- Son Elena y Sara, vámonos.

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- A Alaric le van las armas. Damon estaba sorprendido del cargamento de su mejor amigo.

- ¿Cuánto falta? Stefan estaba más que preocupado, las chicas habían desaparecido, el camino para reencontrarse con Elena se le hacia extremadamente largo y no paraba de pensar que no tenían ni idea de qué o a quién se enfrentaban.

- 100km. Contestó Damon tratando de sonar despreocupado.

- ¿Quién las tendrá?

- Alguien del pasado de Katherine, puede que la quisieran a ella. Razonó el hermano mayor.

- Gracias por ayudarme. Se sinceró Stefan.

- No aproveches el viaje para reforzar lazos.

- Vamos Damon, sabes que no estás en este coche por mí.

- La avispa me ha sacado el aguijón.

- Vamos dilo, estas aquí para salvar a la chica que quiere tu hermano o para salvar a la chica que quieres tú.

- No me tientes Stefan puedo salir de esto tan rápido como me he metido

- No, eso es lo bonito, que no puedes. Contestó Stefan mientras sonreía sardónicamente a su hermano, sabiendo perfectamente la respuesta.

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- ¿Qué hacemos aquí? Preguntó Elena, necesitábamos respuestas y las necesitábamos ya.