«El fugitivo encontrado»

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Oí un ruido... me levanté despacio, abrí la puerta y me encontré de frente con Alaric, tapado con una toalla y con una taza de helado.

- ¿Quieres helado? Me preguntó.

-No. Me reí, era bastante cómico.

- Bueno, estoy desnudo asique me voy.

- Lo siento muchísimo. Me dijo Jenna.

- Tranquila, no te preocupes, pasadlo bien. Le guiñé un ojo.

- Sé que se está quedando mucho, ¿seguro que no te importa?

- ¿Os va bien?

- De maravilla.

- Pues me parece de maravilla. Y era la verdad.

Lo que todos desconocíamos es que en ese mismo instante un brujo estaba en la habitación de al lado.

A la mañana siguiente Damon y Stefan estaban en la puerta cuando fui a abrir.

- ¿Podemos hablar? Pidió Stefan.

- Hemos ido a ver a Katherine. Me dijo Damon.

- Tiene la piedra, nos la dará si la sacamos. Nos contó Stefan.

- ¿No la habréis creído? Preguntó Elena.

- Ni una palabra. Dijo Damon.

- Según Slater tenemos que anular la piedra lunar, ergo tú vives y tú... bueno no te secuestrará un vampiro milenario para llevarte a su castillo encantado. Estrechó los ojos, a pesar de que hiciera bromas le molestaba.

- ¿Cómo sabéis que va a funcionar? Dijo Elena.

- Porque tenemos una brujita.

- Lo habéis hablado con Bonnie. Respondió mi hermana.

- Pero Katherine no os la dará. Les dije.

- La conseguiremos. Dijo Stefan.

- Lo que quiere decir es que se la arrancaremos de su fría mano muerta si es necesario. Contestó Damon mirándome.

- Bonnie solo debe romper el sello el tiempo suficiente para entrar y coger la piedra. Nos explicó Stefan.

- Vaya, tenéis todo pensado. Dijo Elena.

- Si, somos lo más. Dijo Damon.

- Solo hay un problema, no quiero que lo hagáis. Dije, totalmente convencida.

- ¿Sara? Quieren salvarnos, solo, intentémoslo. Me dijo Elena

- Poniéndose en peligro, ¿no la escuchaste? los matará Elena. No, no me arriesgaré, soy la última replica viva, yo decido. Ni siquiera sabemos nada de ese Klaus, yo no soy mi antepasada, han pasado cientos de años, suponemos que no me sacrificará a mí por eso pero lo cierto es que yo fui la última en nacer. Me levanté y me fui.

Cuando perdí a mis padres me costaba dormir, comer e incluso respirar era difícil. No podía ver su habitación vacía, no los perdería, no sacrificaría a mi familia para salvarme.

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- No se deja a una chica desnuda en la cama tan temprano. Cuando llegué a casa de los Salvatore Rose me recibió en un batín, uno demasiado corto, no hacía falta tener mucha imaginación, Damon se había acostado con ella. Celos, celos en estado puro subiendo por todo mi cuerpo. Que estúpida había sido, creí que, que tal vez había algo entre nosotros. Bien, si él se acostaba con mujeres yo también lo haría.

«Legatum Revelatum Est» Damon Salvatore [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora