«El viento que se llevó mi corazón»

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Llevaba una hora dando vueltas en la cama, no podía creerlo, me había mentido, Damon me había mentido descaradamente y me había dejado fuera. Creía que desde nuestra debacle erótico-sangrienta algo había mejorado, algo había cambiado, estábamos más cerca, solo a uno pasos, casi tocando con las yemas de los dedos lo que sin duda seria increíble, estar juntos. Por lo que sabía no tenía mucho tiempo, teníamos solo el ahora. Yo había confiado en él, le había dado mis venas, me había expuesto, y él... Necesitaba encararlo, necesitaba decirle todo lo que pensaba, todo lo que sentía. Cogí el coche y me dirigí a la pensión, entré (supongo que donde viven dos vampiros centenarios nunca es necesario cerrar la puerta) y subí a su habitación, donde ambos habíamos dormido, donde nos habíamos acercado, donde cada noche había contado algo. La puerta estaba entreabierta, la empujé y lo vi, en medio de la habitación boquiabierto y a... ¿Elena desnuda en el baño? ¿Pidiéndole una toalla? Imposible, ella nunca le haría esto a Stefan, tenía que ser...

- Katherine... susurré, ambos me miraron, y no podía respirar, los ojos me picaban y las paredes se hacían cada vez más pequeñas y mi presencia más grande. Podía sentir mi sangre bombeando en mis venas a toda velocidad y estaba segura de que los dos vampiros que estaban delante mía también podían sentirla.

- Hola Sara. Y sonrió, lo estaba disfrutando. PERRA.

- Esto no es, no es lo que... estaba tartamudeando.

- Lo siento, por lo visto he abierto la puerta del pasado... y salí pitando hecha una furia.

Damon me alcanzó al final de las escaleras, para tener velocidad vampírica se tomó su tiempo. Me dio la vuelta hacia él.

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué has venido?

- Mejor me voy, está claro que lo que iba a hacer no tiene sentido alguno.

- Sara, esto, yo no... no es lo que parece.

- Es justo lo que parece.... Las lágrimas iban a salir de un momento a otro. Él iba a decir algo cuando Katherine se asomó por las escaleras.

- Debes de saber que Klaus jamás te dejará ir, puede que quiera la sangre de Elena, pero de ti quiere mucho más, tu cuerpo... tu alma... tu corazón... y Damon solo se lanzó sobre ella, la agarró del cuello y se pusieron a pelear, yo aproveché y me fui, solo quería estar sola. No podía ir a mi casa porque me estaría esperando en mi habitación. Asique fui a casa de Caroline. Para cuando me abrió la puerta ya estaba llorando.

A la mañana siguiente, en realidad unas 5 horas después de lo ocurrido, Elena me estaba llamando.

- ¿Dónde estabas? Fui a la pensión pensando que te encontraría allí, pero no estabas, en su sitio me encontré con Katherine, ¿lo sabias?

- Lo siento Elena, yo la vi anoche, en la habitación de Damon, saliendo de la ducha. ¿Se va a quedar en la pensión verdad?

- Si. Saber que a mi hermana tampoco le agradaba la idea era un alivio.

Caroline intervino, me robó el móvil.

- A la mierda Tyler, Matt, Damon... Katherine... hoy noche de chicas, lo necesitamos.

- De acuerdo, tienes razón - Contestó mi hermana al otro lado del teléfono - Nos vemos en el instituto.

- Sí. Musité.

Revise el móvil, tenía 8 llamadas y un escueto mensaje HABLEMOS. No había nada que decir, todo lo que no nos decíamos resonaba alto y claro en mi cabeza: a ella la quiero....Lo cierto era que aunque Damon y yo nos habíamos besada alguna vez y habíamos compartido momentos "tensos" él jamás me dijo directamente lo que sentía por mí. Ni una vez.

«Legatum Revelatum Est» Damon Salvatore [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora