[Merthur] Fairy tales

El brujo y el sapo 🐸

Merlín caminaba detrás del príncipe rubio, rompía ramas a propósito, agitaba arbustos y a cada paso que avanzaban dejaba la huella de su bota en el suelo por la fuerza aplicada. No podía ver el rostro del joven heredero, pero estaba seguro de que en unos momentos más lograría hastiarlo para hacerlo regresar al castillo.

-Merlín no estamos marchando- le reprendió sin mirarlo.

El pelinegro sonrió mientras agitaba las armas en sus brazos. Arthur paro de caminar y se giró hacia su ruidoso sirviente, la próxima vez consideraría salir con sus hombres.

-¡Sólo déjalo!

-Sabes que odio la caza- respondió con disgusto Merlín.

La conversación murió cuando un ciervo apareció de la nada, era grande y de pelaje claro, Arthur apunto con su ballesta, al momento del disparo el pelinegro dejó caer todo al suelo y le dió un empujón al príncipe provocando que fallara y el animal huyera. No era el primer tiró que Merlín arruinaba a propósito y a pesar de que el joven heredero estaba cansado no dejaría que ese ejemplar escapara de sus manos, tomo la ballesta junto a algunas flechas y salió tras el ciervo dejando al pelinegro atrás. Corrió hasta alcanzarlo cerca de un estanque, el animal se veía desorientado.

-Arthur no.

Escucho la voz molesta de Merlín a su espalda, sin embargo lo ignoro y disparo, él no era quien debía recibir las ordenes, el pelinegro lo entendería algún día, la sangre salió a borbotones manchando la tierra, el príncipe se hubiese sentido victorioso de no ver a su sirviente herido, la flecha atravesaba su hombro, Merlín se tambaleaba cerca del estanque y Arthur no pudo hacer nada para evitar que cayera dentro. El ciervo se quedó cerca observando, por un momento el rubio sintió que lo culpaba. 

El pelinegro se alejaba de la orilla, a pesar de que el estanque no era realmente muy grande sería peligroso acercarse demasiado, Arthur no podría ayudar a su amigo si llegaba al centro, simplemente lo vería hundirse y desaparecer.

-Principe de Camelot- llamó una voz pastosa detrás de un árbol- yo puedo sacar a tu compañero.

El rubio desconfiado desenvainó su espada y se puso en guardia.

-¿Quién eres? Muestrate.

-Lo sacaré y curare siempre y cuando tú tomes mi maldición- continuó, ignorando las exigencias del joven príncipe- ¿Aceptas?

Arthur miro el árbol y después al pelinegro inconsciente casi sumergido por completo en el agua.

-¿Aceptas?- preguntó de nuevo impaciente la voz.

-Si, acepto.

El heredero sintió la piel hervir, sus párpados contraerse, una humedad extraña se comenzó a extender por su cuerpo y algo jalo su lengua queriendo arrancarla; no se quejó ni una vez, no le permitiría a la oscura mirada del ciervo regocijarse con su incomodidad, el animal se veía satisfecho una vez su cuerpo dejo de sentirse extraño y desapareció en el espeso bosque, Arthur estaba somnoliento, no tardaría en caer desmayado y el último pensamiento que pudo tener fue Merlín ahogándose en el estanque.

-¡Arthur!- llamo el pelinegro desesperado, ya sentía rasposa la garganta de tanto gritar a la nada. Despertó solo sobre el césped cuando el sol se estaba ocultando, el primer pensamiento que tuvo fue que el príncipe patán lo había dejado ahí para "enseñarle una lección" por dejar que el pobre animal escapara, sin embargo la espada centellando entre las ramas le dijo que algún problema debió presentarse, uno tan grande que logro hacer que el príncipe soltará su arma. Ahora el pobre pelinegro se desgarraba la garganta llamando al heredero.