Disclaimer: Los personajes de Twilight le pertenecen a la fabulosa S. Meyer la historia yo solo la adapto a Twilight, espero que la disfruten y sea merecedora de sus comentarios, hacia mi adaptación y la magnífica historia... Si saben cómo quitarle a Edward a S. Meyer díganmelo por favor. jajaja
Disfruten...
(*.<) CAPITULO 2 (*.<)
POV BELLA.
Me levanto rápidamente de donde estoy sentada, alejando los recuerdos de mi cabeza.
– Buenos días. – Me dice– ¡Siento haberla hecho esperar!. – Me mira escrutándome durante un segundo, entrecerrando los ojos. – ¿Señorita Swan?. – Asiento con la cabeza emitiendo un ligero sonido de aceptación. No sé si realmente lo he hecho o simplemente me lo he imaginado.
– Me han entretenido más de lo que esperaba en una reunión. – Clava sus ojos en los míos. ¿Me habrá reconocido?. Nunca he podido olvidarme de sus ojos, son de un negro azabache realmente precioso. Realmente penetrantes, que resaltan sobre su rostro ligeramente tostado.
– ¡Soy Edward Masen!. – Termina diciendo a la vez que me tiende su mano derecha que yo automáticamente recojo con la mía. El apriete de su mano es firme. Mantiene el brazo rígido sin sacudir el resto de la articulación. Me fijo en sus manos, son fuertes y robustas, tal y como las recordaba.
– No se preocupe Señor Masen. – Le contesto mientras recupero mi mano. Evidentemente no me ha reconocido. La última vez que nos vimos yo estaba a punto de cumplir los 16, y llevaba algo menos de ropa encima. En realidad no llevaba nada. Apenas empezaba a vislumbrar la mujer en la que un día me convertiría. Por un momento estoy a punto de darme a conocer, pero al segundo siguiente, y también por vergüenza sobre lo sucedido, decido no decirle quien soy.
– ¿Si me acompaña a mi despacho?, – me sugiere. Si, pienso en silencio. Definitivamente no tiene ni idea de quién soy. – ¡Podremos comenzar con su entrevista!.
Se coloca a un lado señalando hacia unas escaleras situadas al fondo de la sala, y de las que no me había percatado hasta ahora. Aguarda pacientemente a que recoja mis cosas. Camino delante de él, sintiendo su mirada clavada en mi espalda. Subimos en silencio y cuando llegamos al final de la escalera, me hago a un lado para dejar que me guie hacia su despacho. Descubro que estamos en una estancia donde hay cuatro puertas, dos a mi izquierda, una a mi derecha y una última al fondo perpendicular a la pared. La situada a mi derecha intuyo, por un letrero en la puerta que son unos baños unisex. En la primera de las situadas a la izquierda, un cartel indica "sala de juntas" y en la otra "dirección", tras abrir esta última accedemos a una sala cubierta por la claridad de la mañana, con un escritorio de espaldas a un gran ventanal del suelo al el techo, con unos estores que protegen la estancia del sol. Sobre el escritorio tan solo hay un ordenador portátil. Franqueamos otra puerta perpendicular al escritorio que acabo de ver y accedemos a su despacho. Tiene forma de J, da sensación de amplitud. Frente a la puerta hay otro escritorio, más grande que el que acabo de ver en la otra sala. A la derecha un futón de cuero negro sin reposabrazos, reposa apoyado contra la pared y enfrentado a este una mesita de café. En el rabillo de la jota, una mesa redonda con cuatro sillas donde presupongo realiza pequeñas reuniones. A través de otro gran ventanal del suelo al techo, nos permite divisar una terraza desde donde me imagino habrá una magnifica vista de toda la ciudad. Justo pegado al futón hay una puerta camuflada. Intuyo que posiblemente sea su baño privado. Con un breve gesto me indica que me siente en una de las sillas situadas frente a su escritorio mientras que él toma asiento en su sillón. Al pasar a mi lado me llega una mezcla de aromas: canela, aftershave y naranja. No puedo evitar aspirar profundamente. Tras dejar mi abrigo en el respaldo de la silla de al lado, me dispongo a buscar un currículum en mi bolso.
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Seducción...
FanfictionSEDUCCIÓN... Las mentiras del pasado, engaños del presente, traiciones del futuro, son sucesos que harán que estos dos amantes se internen en el camino de la seducción sin ser conscientes del amor que entre ellos surge a través del tiempo.