— ¿Cómo es eso de que gemis mi nombre mientras tenés sexo con Gonzalo? — preguntó el jefecito saliendo del baño de su habitación con una toalla en su cintura.
— ¿Q-qué? — contestó nervioso, sonrojado. No sólo por la pregunta sino también por el tallado cuerpo de Javier.
— Me dijo el pipa, me gustaría que me expliques.
— No hay nada que explicar, fue sólo una equivocación.
— Una persona no se equivoca de nombre mientras tiene sexo.
— Es que... — pensó una mentira que le sirviera para escapar de esta conversación pero nada vino a su cabeza y tuvo que optar por decir la verdad. — Quizás me gustas un poquito.
— ¿Por qué no me dijiste?
— Porque vos estas hasta las manos con Leo, y yo siempre que estuve con Gonza me sentía bien. Supongo que ni yo mismo lo quise aceptar.
— No entiendo porqué...
— No lo quiero lastimar, es una buena persona. Y vos... vos estás así con Leo.
— ¿Así?
— Que te gusta el enano.
Lionel ingresó a la habitación como si hubiera sido invocado.
— Perdón — se apresuró a decir en cuanto vio al jefecito con el cuero descubierto
— No pasa nada, ¿Qué necesitas?
— Quería hablar con vos, de lo que pasó ayer...
— Perdón. Sé que estuve mal, y no va a volver a pasar, espero que nuestra amistad no se cague por esto y que las cosas entre vos y el tarado del Kun estén bien.
— Lo quiero intentar enserio con Sergio, antes tenía dudas pero ahora que de pedo me registra me siento mal. Lo extraño — susurró esto último con cierto temor en lastimar a su amigo. Arrepintiéndose de inmediato por no haber medido sus palabras.
— Está bien, suerte.
El más petiso de ambos se retiró.
— Bueno, eso fue incómodo. — admitió Ezequiel, mientras se levantaba de la cama y depositaba un dulce beso en el hombro de su amigo para luego ingresar en el baño. Era su turno de ducharse.
Por otro lado estabas Micaela y Kiata tomando mates.
— Ya no amo más al pocho, me enamoré del pipa — confesó Micaela.
— Ah sos una pelotuda. Hay pibes solteros boluda ¿por qué te vas con los que están en pareja?
— No sé, no controlo mis sentimientos. ¿Y vos y el Kun?
— ¿Qué hay?
— Amor, quizás.
Kiara se ahogó con el mate y escupió todo. Los allí presentes la miraban de manera extraña, era de los momentos más incómodos de su vida.
— La gente se ahoga boludos, ¿por qué no van a mirar culos que es lo único que saben hacer? — dijo elevando el volumen de su voz para que todos la escucharan. — y vos no digas boludeces — habló observando con cara de odio a Micaela.
— Tranca palanca que te vas a arruga como vieja — bromeó el Kun acercándose a las chicas.
— Sí y es demasiado linda como para arrugarse — dijo Micaela con un único propósito.
— Exacto. — contestó con una sonrisa
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Ponele que secretos || Selección Argentina ✔
HumorDos mejores amigas, de 18 años, consiguen trabajo en el seleccionado de fútbol Argentino. Una como médica, la otra como "asistente" del director técnico. Ambas irán más allá de sus trabajos, buscando conocer cada vez un poco más a los jugadores, lo...