Capítulo 18 » Interrupciones.

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— Intenta no violarme si no querés perder tu miembro — advirtió con una sonrisa en sus labios el jefecito. Desde que se había enterado que Ezequiel teniendo sexo con Gonzalo decía su nombre no paraba de molestarlo.

— Uy basta boludo, me voy — atinó a levantarse para dirigirse a su cama pero Javier lo tomó del brazo indicándole que se quedara.

Habían decidido ver una película aquella noche por lo que ambos se acostaron en la misma cama para poder compartir el helado.

La película comenzó y al principio todo fue normal pero Ezequiel no dudó en aprovechar la situación para tener un recuerdo inolvidable de esa noche con Javier.

Su brazo derecho se apoyó sobre los hombros de Javier, mientras con la mano de ese mismo brazo acariciaba su cuello con dulzura.

El 14 tenía calor así que decidió sacarse la remera, sin siquiera pensar en lo que podría provocar en Lavezzi. Ezequiel repitió la acción del jefecito y aquella mano que estaba en sus hombros y cuello antes, pasó a encontrarse en la cintura de Javier. De vez en cuando besaba su mejilla o su cuello sin recibir ninguna queja. La situación se estaba poniendo demasiado caliente para el gusto del jefecito que en sus ideales no estaba tener sexo aquella noche.

Higuaín ingresó en la habitación, podría decirse que para salvarlo de esta situación si no fuera el novio, ex novio o lo que sea de Ezequiel.

— Ah bueno, veo que no pierden el tiempo.

Ezequiel se separó de inmediato del cuerpo de Javier y observó a Gonzalo parado en la puerta, bastante molesto.

— N-no es lo que parece.

— Vos cerra el orto, no te quiero ni ver — contestó de inmediato mirando fijo a Ezequiel. — y vos al final sos un hijo de puta, te encanta cagar relaciones, no? Lo mismo hiciste con el Kun y Lionel ¿Estás feliz?

— N-no es así. Me la mandé con Lionel y el Kun pero esto no es mi culpa.

— No te creo nada, por mi te podes te muriendo, forro de mierda. — dijo molesto para cerrar con fuerza la puerta de la habitación.

— Perdón — susurró Ezequiel sabiendo que tenía toda la culpa.

— Esta bien. No me debería haber dejado llevar así que supongo que tenemos la misma culpa.

— No quiero que te alejes de mi. No se va a repetir.

Ezequiel era el hombre más tierno que podría haber. Con razón todos se enamoraban de él en algún momento.

— No me voy a alejar Pocho. — afirmó con total seguridad.

Nuevamente la puerta fue abierta. Lionel y Sergio ingresaron como si no hubiera nadie, quizás las luces apagadas les indicaban eso. Se besaban con desesperación, estaba claro que su único objetivo era tener sexo. Javier no pudo evitar sentir un nudo en su garganta de la angustia que aquella imagen le causaba. Ezequiel notó esto y tomó su mano con fuerza haciendo que caminara detrás suyo hasta el lobbie. Allí se sentaron en uno de los sillones y pasaron la noche. Cualquiera que no los conociera diría que parecían una pareja.

Ponele que secretos || Selección Argentina ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora