El calabozo

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Después de un rato, un coche de policía aparcó delante de la casa.

-¿Ha llamado usted diciendo que le ha entrado a robar? -preguntó Logan uno de los policías.

-Si -dice el hombre-, esta chica se coló en la casa, creo que estaba con alguien, pero solo la pillé a ella.

Me obligó a levantarme y los policías, Logan y William, no se sorprendieron al ver.

-¿Otra vez tu Elizabeth? -pregunta Will.

-Vamos chicos fue un mal entendido -dije sonriendo-, pensé que la casa no tenía dueño.

El hombre miraba la escena con la boca abierta.

-Mal entendido o no Elizabeth tenemos que llevar a comisará -dice Logan.

Él se acerca a mi y saca las esposas, pone mis manos en la espalda y me coloca las esposas.

-¿De verdad hacen falta? -pregunto refiriéndome a las esposas-, no voy a escapar.

Ninguno dice nada y me meten en el coche de policía, yo me siento a esperar a que alguno entre, pero los dos se quedan hablando con el hombre. Después de un rato ambos vuelven al coche.

-¿Por qué habéis tardado tanto? -pregunté-, esto aprieta mucho.

Digo refiriéndome de nuevo a las esposas, hago unos movimientos y me saco las esposas de las mano, se las enseño y digo:

-Mucho mejor.

-Estábamos evitando que ese hombre presentase cargos -dice Logan mientras conduce.

-¿Y qué? -pregunto-, ¿me va a denunciar?

-No -dice William.

-Pero tu pasarás la tarde en el calabozo hasta que tu madre venga a por ti -dice el otro.

-Logan sabes tan bien como yo que mi madre no vendrá a sacarme -digo-, en todo caso vendrá mi hermano y eso si tengo suerte.

El resto del camino no me dicen nada, pero siempre es así, me conocen y siempre me echan un sermón al principio y luego van callados. Legamos a la comisaría y me sacan las esposas para luego hacerme esperar en una silla.

-¿Otra vez aquí? -pregunta alguien detrás de mi.

Me giro y es Alfred, es el policía más mayor de la comisaría.

-Hola Alfred, ¿qué tal todo por aquí?

-Tranquilo -dice-, has superado tu récord.

Yo me río y pregunto:

-¿Cuál?

-Has tardado más en venir que las veces anteriores -dice-, normalmente a las dos semanas siempre vuelves, pero esta vez has tardado casi dos meses, te felicito.

Yo sonrío.

-Ojalá nunca te volviese a ver por aquí -dice-, cuando eras pequeña era una buena niña.

-Te lo e dicho muchas veces Alfred, esa niña murió -digo y pone cara de pena-, ahora solo quedo yo, el gran desastre del que se tiene que hacer cargo su madre.

-No eres un desastre -dice.

Un policía llega por detrás de Alfred y hace que me levante para luego llevarme a un calabozo, me manda entrar y cierra la puerta detrás de mi. Dentro del calabozo no hay nada ni nadie, me siento y espero.

Después de lo que parecieron un par de horas la puerta se abre y puedo ver a Alfred con un chico algo más mayor que yo y lo hace entrar, luego se va.

Perfect Disaster (PAUSADA)Where stories live. Discover now