Mi vida siempre ha ido de problema en problema, alcohol, drogas, sexo, fiestas, tipos que no me convienen, .... Me llamo Elizabeth Foster y esta es la historia de como gracias a mi mala cabeza terminé en uno de los mayores líos de mi vida, de esos...
Al poco tiempo de haberme encerrado en mi habitación, alguien empezó a golpear la puerta.
- Seas quien seas, márchate -dije-, no quiero ver a nadie.
-Elizabeth, sal.
Era Jade.
-No quiero -dije.
-Al menos, déjame entrar.
Me levanté lentamente y abrí la puerta, mi mejor amiga entró y cerró la puerta tras de si y se vino a sentar conmigo a la cama.
Nos quedamos calladas, hasta que Jade rompió el silencio diciendo:
- Diego y el resto se han marchado, pero Ander se niega a marcharse.
No respondí.
-He hablado a solas con él -dijo-, quiere saber si el niño es de él.
Ella me mira fijamente y pregunta:
-¿Es cierto?
Yo la miré y luego le dije:
- El niño no es suyo, me acosté con él hace ni dos semanas -aclaré-, yo estoy embarazada de casi tres meses.
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Me la quedé mirando.
-No me crees, ¿verdad?
-Beth, claro que te creo -dijo-, pero ...
-Pero es difícil -terminé por ella-, tranquila, lo entiendo.
Nos quedamos mirando durante un rato y luego sin previo aviso, me abrazó con fuerza.
-Te creo -dijo-, pero creo que deberías bajar y decírselo a Ander, al menos antes de que el se lo cuente a Ash.
-Tienes razón.
Mi amiga y yo nos levantamos de la cama y salimos juntas de mi habitación, bajamos las escaleras y luego ella me dejó sola para que pudiese hablar a solas con Ander.
Lo encontré fuera de la casa, apoyado en la pared, me acerqué a él, en cuanto me vio, dijo:
-¿Es cierto?, ¿estás embarazada?
-Si -dije-, y antes de que preguntes, no, el niño no es tuyo.
-¿Cómo estás tan segura? -preguntó-, te acostaste conmigo y ahora estas embarazada, como estas segura de que no es mio y si de él -dijo esto último refiriéndose a Ash.
-Si, es cierto, me acosté contigo, pero eso fue después de que me hubiese acostado con Ash y ...
-OSEA QUE ME MENTISTE -dijo alguien detrás de mi.
Era Ash, mierda.
-Confié en ti -dijo-, y lo único que te pedí a cambio fue la verdad, nada más y ahora me entero de que eres incapaz de decir la verdad.
