No es no

34 5 2
                                    

Llevaba toda la tarde fatal, las nauseas, los vómitos y lo mareos no pasaban, según la señora Ford eso solo eran los primeros meses del embarazo y luego pasaba, yo quería que pasase ya, porque odio sentirme enferme constantemente, no había dejado que nadie más a parte de la madre se Ash entrase hoy en el cuarto. 

La puerta se abrió y entró el señor Ford.

-Necesito hablar contigo -dijo seco.

-¿Podría esperar a que no esté muriendo para eso? -pregunté haciéndome volita en la cama.

Pero él no se fue.

-Dime una cantidad -dijo.

-¿Qué? -pregunté sin entender.

Él sacó un talonario y un boli.

-Pídeme la cantidad que quieras -dijo -, lo que sea, pero vete de mi casa.

-¿Quién se cree usted que soy? -pregunté enfadada.

Él soltó una pequeña risa.

-Vamos -dijo-, se que solo buscas dinero, dime cuanto y te lo doy, solo tienes que irte.

Yo fruncí el ceño y me incorporé lentamente.

-No quiero su estúpido dinero -dije elevando la voz-, solo estoy aquí porque su hijo me lo pidió.

Él iba a decir algo, pero su mujer entró y no lo dejó ni empezar.

-Edward, será mejor que salgas de aquí -dijo de forma amable, pero directa a la vez.

Su marido salió de inmediato y la mujer se me acercó.

-Le juro que no quiero su dinero -dije.

-Lo sé Elizabeth, pero mi marido a veces puede ser un poco insistente -dijo-, tu descansa y procura que ese bebé esté sano.

Yo asentí y me acosté de nuevo.

-Señora Ford -dije-, ¿cree qué seré una buena madre?

-No me cabe duda -dijo y me sonrió-, puedes llamarme Rebecca. 

Yo asentí, la puerta volvió a abrirse, pero esta vez el que entró fue Ash.

-¿Puedo pasar? -preguntó.

-Ya estás dentro -dije riendo.

Rebecca se levantó y antes de salir dijo:

-Os dejo solos, si necesitas algo llámame y no le hagas caso a mi marido.

Ella cerró la puerta tras de si y yo me quedé a solas con Ash.

-¿Cómo estás? -pregunta.

-Mejor -dije-, tu madre dice que se pasará, pero no veo el momento de que eso ocurra.

-Te he traído dos cosas -dijo.

-No tenías porque -dije.

-Lo que tu digas, pero un es esto -dijo entregándome un bote grande de nocilla.

Yo me rió.

-Mi madre me llamó diciendo que llevabas pidiendo nocilla toda la tarde.

-¿Y cuál es la otra?

-Para eso tienes que salir al jardín -dijo.

Lentamente me levanté y salí de la habitación, tenía mucha curiosidad por saber de que se trataba, cuando salí al jardín me encontré con Jade, corrí a abrazarla.

-Hola -dije.

-¿Cómo va ese bebé? -preguntó mirando mi barriga-, quiero que sepas que voy a ser la madrina.

Yo me reí.

-No seas paleta -dije-, aun queda mucho y además, eso lo tengo que elegir yo.

-¿Qué hace aquí? -pregunto.

-Él me trajo -dijo señalando a Ash.

Yo me giré y lo miré. 

-Estás pasándolo mal y creí que ella te haría sentir mejor.

-Gracias -dije.

Me llevé a Jade al cuarto y me senté en a cama junto con ella.

-¿Cómo lo llevas? -preguntó.

-La verdad, si no fuese porque estoy vomitando cada dos por tres y que el padre de Ash me odia, sería perfecto.

Ella se ríe.

-No te rías -digo tirándole un cojín-,es hombre me odia, esta tarde me ha ofrecido dinero solo para que deje a su hijo tranquilo.

-No jodas -dijo.

Yo asiento y ella se ríe.

-No tiene gracia -dijo golpeándola.

-Vale, vale -dije levantando las manos-, me rindo.

-Eso me gusta más -digo y ambas reímos.

-¿Qué me dices de Ash? 

-Nada, es muy amable y eso, pero ni siquiera se si puedo llamarlo amigo, le tengo cariño, pero nada más.

Jade me mira levantando ambas cejas a la vez.

-No seas tonta -digo-, en ningún momento tuve nada con él.

-Lo que tu digas.

La cosa quedó así. Después de pasar toda la tarde con mi mejor amiga, ella se fue y yo me metí a duchar, iba a salir cuando escuché como se abría la puerta.

-¿Quién es? -pregunto.

-Quiero que dejes en paz a mi hijo -dijo el señor Ford.

-¿Usted otra vez? -preguntó irritada-,esto podría considerarse acoso, ¿no le he dicho ya que no quiero su dinero?

-No te creo, se como eres y no me creo nada de lo que dices.

Él coge la toalla y me la tiendo, yo se la quito de las manos de forma brusca.

Me envuelvo en ella y salgo de la ducha, lo miró a los ojos directamente y le digo:

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me envuelvo en ella y salgo de la ducha, lo miró a los ojos directamente y le digo:

-Escúcheme bien, porque no se lo volveré a repetir, no quiere su puto dinero, no es no y seguirá siendo no, ahora salga de mi habitación.

Viendo que él no salí.

-¡Ahora! -grité.

Después de eso el señor Ford salió de la habitación y y me puse el pijama y me acosté a dormir.

Perfect Disaster (PAUSADA)Where stories live. Discover now