Luego de un tiempo, yo no sabía nada de Ash y lo peor era que hoy le darían los resultados de las pruebas a mi madre, sabía que se encontraba fatal y no quería ni siquiera ir al hospital, a pesar de todo yo seguía saliendo y viviendo mi vida de forma normal, Jade se había ido de fin de semana con sus padres y yo me había quedado sola, pero ya me había acostumbrado.
En estos momentos me encuentro saliendo de mi casa para ir al río, hoy hace mucho calor y quiero darme un baño, casi nunca hay nadie en el río porque todos van a las piscinas públicas, pero el río es gratis y más tranquilo que eso. Camino y después de quince minutos llego, no hay nade, extiendo mi toalla en la hierva y me quito la ropa para quedarme en bañador y me puse a tomar el sol, después de un rato algo o alguien me hizo sombra y yo me levanté para ver quien era y ¿sabéis quién era?, Ash.
-¿Podrías a apartarte?
-Encontré tu número de teléfono -dice
-Perfecto -digo con sarcasmo-, ¿por qué me sigues entonces?
-Porque quería verte.
-Genial -digo-, ya me al viso ahora podrías apartarte para que pueda tomas el sol tranquilamente.
Él se aparte pero no se va.
-¿Por qué sigues aquí? -pregunto.
-¿No quieres saber como conseguí tu número? -pregunte.
Yo simplemente niego.
-¿No te causa curiosidad? -vuelvo a negar-, ¿ni un poco?
-Porque me da la sensación de que te mueres por contárselo a alguien -digo.
-Porque quiero contárselo a alguien.
-Pues vete a buscar a alguien para contárselo -digo muy borde-, yo quiero tomar el sol.
Tengo la esperanza de que se marche, pero no es así, me siento y lo miro.
-No vas a marcharte hasta que me lo cuentes ¿verdad?
-Ahí le has dado -dice.
-Haber -digo rodando los ojos-, cuéntame tu gran hazaña.
-Pues fue bastante fácil -dice-, solo tuve que seguirte a u casa y luego abordar a una chica muy mona, por cierto, para que me lo diese.
-¿Maddie te dio mi número? -pregunto sorprendida.
-Supongo, no llegó a decirme su nombre -dice-.También escuché la gran pelea que tuviste con tu padre.
Yo lo miro y frunzo el ceño.
-Ese hombre no es mi padre -dijo-, es un imbécil que se cree que puede mandarme simplemente porque se tira a mi madre y vive en mi casa.
-¿Y tu padre?
-Nos abandonó cuando era pequeña y... -digo-, ¿por qué te cuento todo esto?
-Porque te caigo bien -dice.
Y yo me río.
Me levanto de la toalla y me meto en el río, él me mira.
-¿No entras? -pregunto-, está buenísima.
-No -dice-, prefiero quedarme aquí y ver como te bañas tu sola.
Yo asiento y después de un rato decido salir a la toalla.
-¿Has probado alguna vez la marihuana? -pregunto rebuscando en mi mochila.
-No ¿por?
Saco un porro y lo enciendo, luego se lo paso.
-Estas de coña ¿no?
-¿Te parece que estoy de coña? -pregunto alzando las cejas.
Yo pase de él y me puse a fumar, pero el no paraba de mirarme y me ponía incómoda.
-¿Quieres? -vuelvo a preguntar.
Él parece pensárselo y al final dijo:
-Vale ¿por que no?
Se lo puso en la boca y le dio una calada, al segundo estaba tosiendo.
-No estás muy acostumbrado a fumar ¿verdad? -pregunto riendo.
-Que lista -dice con sarcasmo-, ¿en qué lo has notado?
Me lo devuelve y yo sigo a mi rollo.
-¿Por qué vienes aquí y no a una piscina normal?
-Porque esto en gratis, casi nunca hay nadie y porque nadie me pone normas -digo.
Él me mira a los ojos y me besa, por falta de oxígeno nos tenemos que separar y entonces yo digo:
-Esto se está convirtiendo en una costumbre.
Me coloco a horcajadas en sus piernas y antes de seguir digo:
-Sin compromisos ¿vales?
Él simplemente asiente y me vuelve a besar. Me coloca en la toalla y él se pone sobre mi, besa mi boca, mi cuello y va bajando, quita los tirantes de mi bañador y me lo baja, yo le quito la camiseta y acaricio su pecho, seguimos besándonos, el me quita por completo el bañador y desabrocha sus pantalones, pero antes de hacer nada dice:
-¿Lo vamos a hacer aquí?
-Sigue y no cortes el royo -digo con la respiración agitada-, no hay nadie.
Después de decir eso lo hacemos, después de caricias, besos abrazos y más cosas, me acuesto en su pecho, pero eso dura poco porque luego me pongo el bañador, los pantalones y me voy.
-¿Te vas? -pregunta él.
-Si -dije-, dijimos nada de compromisos, así que yo puedo acostarme contigo y con más gente, no te pongas quisquilloso.
Le digo adiós con la mano y me voy.
-¡¿Nos volveremos a ver?! -pregunta desde lejos.
-¡¡Tienes mi número, llámame!!
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Perfect Disaster (PAUSADA)
Teen FictionMi vida siempre ha ido de problema en problema, alcohol, drogas, sexo, fiestas, tipos que no me convienen, .... Me llamo Elizabeth Foster y esta es la historia de como gracias a mi mala cabeza terminé en uno de los mayores líos de mi vida, de esos...