|Capítulo 33|

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Un mes logramos ocultar nuestra relación; aunque hayamos querido que el secreto continuara, no podríamos haberlo logrado. Era casi imposible mantener las manos alejadas del otro.

Las caricias y los besos clandestinos le otorgaban diversión, y algo de adrenalina a la relación. Esos besos dulces y los pasionales; los tiernos, fugaces y los inocentes toqueteos.

º     º     º

Este capítulo se lo dedico a una gran amiga.

Mi Valiente Princesa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora