|Capítulo 37|

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En la primera semana del campamento salimos excursiones, realizamos caminatas, pasamos días en el lago y nadamos en canoa.

Por la noche, me escapaba de mi carpa y me metía a la de Mila, o viceversa.

Estuvieron a punto de pillarnos cinco de siete veces, ya sea por habernos levantado tarde o, porque al despertarnos, nos quedamos juntos, repartiendo caricias al otro por minutos... algunas veces, hasta horas.


Mi Valiente Princesa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora