36

2.5K 142 7
                                    

Pasaron los días, y con ello también mi esperanza de volver con Charlotte. Me resulta irónico el saber que a pesar de los meses que han transcurrido aún sigo sintiendo lo mismo cuando paso frente a su puerta. Algunas veces la veo, y siento como mi corazón se acelera.
Iris me mira a los ojos enarcando una ceja. Le devuelvo la mirada y sonrío.
- en que tanto piensas?- me pregunta con su tierna voz.
En estos últimos meses nos hicimos muy amigas, más de lo que creí.
- pienso en... cosas- le respondo terminando el helado que tenía entre mis manos.
Y con cosas, me refiero a Charlotte, que es en lo que pienso casi siempre.
- Aja, que cosas?- me mira a los ojos como intuyendo lo que realmente pasa por mi cabeza. Por una fracción de segundo siento que es así.
Pero luego sonrío y niego levemente para mis adentros, dándome cuenta de lo poco realista que suena eso.
- Como sea.. ¿que tienes planeado hacer
Hoy?- me pregunta.
- la verdad no mucho, iré a la biblioteca.. terminaré un trabajo y luego me veré con Zack-.
Zack. Mi especie de "novio" o eso cree el. Porque yo siempre le he aclarado que no es así, ni lo será.
A veces me da un poco de lástima, no es ningún secreto que nunca lo he visto como algo más que un amigo. Pero aún así, aunque se que estuvo muy mal. Lo use para lograr "olvidar" a Charlotte. Cosa que, lamentablemente no conseguí ni tampoco creo hacerlo en mucho tiempo.
- ah, bueno.. si tú lo dices ¿quieres que hagamos algo ahora mismo?-
La miro, me muerdo el labio ligeramente y asiento con una sonrisa cómplice.
- esa expresión tuya me dice que si..- interviene ella de repente, mirándome mientras se enrosca uno de sus blancos rizos entre sus dedos color crema oscura.
- pues exactamente Iris, quiero cortarme el cabello-.
- ¿estás segura de eso? Siempre te has caracterizado más que todo por tu largo cabello de color rojo natural- dice enfatizando con algo de dramatismo las últimas palabras.
- si, tampoco quiero ser calva y mi color seguirá ahí- le digo mirándola por unos segundos
- está bien si eso quieres..-
———————————————————-
Me miro al espejo, mi cabello ahora se siente mucho más ligero que antes y me llega a la altura de los hombros.
A pesar de que se me hace extraño mirar mi rostro así; después de tanto tiempo de tenerlo hasta la cadera, Me gusta este nuevo estilo.
- Vale, creo que quedas mejor así ..- la voz de Iris me saca de mis pensamientos
- tu crees ? A mi me gusta- le respondo.
Iris asiente, le dedico una ligera sonrisa y comienzo a sacar el dinero para el pago de mi bolso.
Mi teléfono comienza a sonar, miro la pantalla y veo que es un número desconocido, dudo antes de atender a la llamada o no, pero al final descuelgo.
- hola..?- digo de la forma más neutral que puedo.
Sin embargo lo único que logro escuchar es una respiración agitada, como si la persona que está al otro lado de la línea acabara de correr. Espero unos segundos y solo obtengo silencio. Al final cortan la llamada.
- quién era ?-
Pago y salgo de la peluquería sujetándo del brazo a Iris
- no lo sé, ni hablaron y era un número desconocido-
- uh? Que extraño ...-
Asiento y guardo silencio, la verdad no se me ocurre un tema de conversación. Por unos segundos me viene a la mente preguntar por Charlotte.
Antes lo hacía constantemente, Iris me respondía, pero un día simplemente dejo de hacerlo. Porque le había dicho que estaba dispuesta a superarla.
Pero hasta ahora no lo hago.
——————————————————
El auto de Zack se estaciona frente al edificio en el que esta mi pequeño departamento. Son aproximadamente las ocho pm, y por alguna razón tengo mucho frío. Antes de bajarme de su auto lo miro fijamente.
Los ojos de Zack a diferencia de los de Charlotte, son sin duda alguna hermosos y llamativos, pero una vez te acostumbras a ellos te parecen vacíos y simples. Como si se tratase de vidrio. No expresan nada ni tampoco te invaden el alma. Los de ella en cambio, te fascinan y amenazan. Te asustan y te atraen y sobre todo, te queman el espíritu hasta sacar lo más sumiso y débil de ti.
Niego sutilmente para mis adentros, reprendiéndole a mi misma por pensar en cosas como esas.
- Gracias por la cena de hoy- le digo con una muy leve sonrisa.
- sabes que no debes agradecerme por cosas como esas- tras decir aquello hace un ligero ademán de besarme.
Mis ojos se abren de par en par y abro la puerta de repente, sintiendo unas inmensas ganas de huir de ese reducido espacio.
Me despido con la mano sonriendo de la forma más dulce que me es posible. Me doy media vuelta y entro al edificio sin mirar atrás en ningún momento.
Saludo con un ligero gesto al vigilante que está leyendo un periódico y llamo al elevador, en menos de un minuto las puertas de abren entro y miro mi reflejo al espejo. Me sorprende ver lo distinto que se mira mi rostro con cabello corto, saco mi teléfono para ver la hora, no es muy trade aún. 
Salgo del elevador y levanto la mirada de la pantalla del móvil al escuchar un sollozo.
Su cabello verde menta que ahora es largo le cubre los hombros, sin embargo es imposible para mi ver su rostro, porque está escondido entre sus rodillas.
Me quedo quieta, sin saber que hacer.
Miles de pensamientos pasan a través de mi mente, siento que el corazón se me va a salir por la boca y los nervios que tengo son aún mayores.
Cierro los ojos, inhalo y me acerco a ella.
Abro los labios ora pronunciar aquel nombre que tanto me gusta, pero mis palabras se ahogan entre mi garganta.
Me limito a colocar un mechón de cabello detrás de su oreja mientras que con mi otra mano le acaricio la espalda.
Ella levanta la mirada, encontrándose con mis ojos. Manteniéndola así por un tiempo que se me hace eterno
- Anna- su voz es como caramelo, casi puedo saborearla. Casi puedo sentir que corre por mis venas.
- Charlotte- le digo, rezando internamente para que mi autocontrol no me falle y mis labios no tiemblen.
- hola- se limpia las lágrimas que caían por sus mejillas con su manga color rosa chicle.
- Por que estás llorando?- le pregunto, temiendo por su respuesta.
Me dedica una mirada seria, impotente, desafiante. Que logra, lo contrario a lo que pasaría con otra Perosna. No me quita ganas de hablarle, si no que me derrite.
- eso no es de tu incumbencia- su voz ronca y dulce se cuela por entre mis huesos. 
- Vale ...-
- no, no es vale. Tú estás loca, se supone que debes poner los ojos en blanco y decir "yo solo quería ayudarte" o alguna estupidez como esa- su tono es serio.
La miro con los ojos bien abiertos, manteniendo una expresión neutral. No se cómo sentirme ante esas palabras, debo admitirlo; algo ofendida si que estoy.
- la Loca eres tú- le digo frunciendo levemente el ceño.
- claro que no, pequeña pelirroja perfeccionista-
Enarco una ceja, sin poder reprimir una ligera sonrisa.
- de donde sacas que soy perfeccionista-
Ella me devuelve una sonrisa, pero no igual que la mía, la de ella es burlesca y odiosa.
- duerme bien- se levanta y abre su puerta, entrando y cerrándola después.
A pesar de todo lo que dijo, de cómo evadió mis preguntas y de lo fastidiosa que se portó. Pude sentir que entre nosotras había cierta confianza. Una unión.
Entro en mi habitación y me acuesto en la cama, con una sonrisa de oreja a oreja. Extrañaba escuchar su voz, extrañaba todo de ella. Inclusive esa sonrisa que me saca de quicio.

*****************************
Hola :)
Espero que les haya gustado ❤️

Confidentes [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora