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Algo ha salido bien el día de hoy.

Byakuran tiene pasivo nuevo y listo para estrenar.

Asco.

He ido a casa de Orión y me ha preguntado por las maletas, le he dicho que me mudaba de Kokuyo para darles libertad a las chicas, me creyó lo mismo que me habría creído si le dijera que tengo un ancestro que es un pejelagarto.

Pero no indagó más.

Para cuando Skull y Fon llegaron (puesto que Mammon y Verde habían optado por quedarse en casa de Orión con su familia) lo único que quedó fue encender el experimento ese y esperar.

Media hora después habían demasiados adultos y a mí me dolía la cabeza un mar.

Skull se plantó frente a mi amigo el malvavisco con una sonrisa brillante que me recordó por un momento que es amigo de Kenlla, me hizo mal.

Pero más mal me hizo ver a Byakuran rodearle la cadera y también sonreír.

Ascox2.

Mientras esos dos se daban amor del que a mis amigos les gusta (he notado que todos son unos malditos lascivos), Viper y Verde intercambiaron dinero.

DINERO.

Bueno, su problema. No el mío.

Fon me invitó a comer y nos fuimos antes de que las cosas se pusieran raras, mala idea.

¿Es normal que esté tan molesto? Ni siquiera sé con quién lo estoy.

¿Conmigo? ¿Con Nagi y Karin? ¿Con Fon por arrastrarme donde menos debería? ¿Con Kenlla por tener una maldita cita cuando no puedo dejar de pensar en él y lo que sea que siento?

La vida es una perra.

Sí.

Digamos que estoy molesto con Dino y con la humanidad.

¿Por qué? Porque soy un idiota de los grandes. Necesito achacarle mis culpas a otros para sentirme bien conmigo mismo.

Pero mi consciencia lo sabe y no me deja estar tranquilo.

Ni. Por. Casualidad.

Fue una putada ver a Kenlla, en serio. Una suerte que él no tuvo los mismo problemas que yo y pude salir de allí antes de que me viera.

O eso espero.

De todos modos da igual, le dije a Fon que acababa de recordar que debía buscar un lugar donde quedarme esta noche... O toda la vida.

Y aunque me ofreció una habitación en la casa de Ave-kun, simplemente no podía aceptar.

Quiero estar solo.

Y por eso vine aquí.

Ken y sus padres adoptivos me aceptaron sin preguntar, Chikusa se fue hace una semana a no sé dónde para hacer no sé qué.

Así que tenían una habitación vacía para mí por esta semana, prometieron no decirle nada a Nagi.

Todo bien, ¿no?

Sigo molesto, estoy deprimido.

Sumado a eso, ¿alguien recuerda los aretes que Enma me regaló? Bueno, seguro que Karin lo recordará.

Los encontré.

En la maleta, estaban allí.

Creo que verlos hace que quiera hacerme bolita y revolcarme en la autocompasión.

Lo he pensado bastante.

Después de todo no he podido dormir, tampoco he podido comer nada.

He tenido tiempo.

Y sí.

Quizá sea verdad.

Y eso jode.

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