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Café con leche y medias lunas, una merienda que Joshua agradeció con el alma, sentado sobre la cama, acababa de terminar de vestirse cuando Jeonghan entró al cuarto portando la bandeja en sus manos con una hermosa sonrisa.

-Perdona que haya tardado, pero... se había enfriado.

Luego de que sus pasiones Se hubieron calmado, ambos se sentían más relajados, aliviados, pero aún confusos.

-Dime la verdad... lo hice mal, fui desastroso...

Joshua sonrío, pero evaluándolo un momento con la mirada.

-No -respondió con suavidad -. Pero mejorarás.

-No estoy acostumbrado a esto, es nuevo para mi... pero confío en el talento de mi profesor -admitió con una sonrisa traviesa. -¿Qué te pasa?

-Hoy es un día especial para mí -confesó, casi sin pestañear.

-Me lo imagino, no todos los días se ganan las Olimpiadas, mucho menos en la forma en que tú lo hiciste.

-...No me estoy refiriendo a eso -aclaró con voz suave -. Hoy... fue la primera vez que lo hice -admitió con una paz que descubrió no haber tenido nunca.

De inmediato los ojos negros se alzaron hacia él.

-Vamos... no soy tan estúpido.

-Lo fue. En cierto sentido.

-Sí, la primera vez que lo hiciste en mi casa -bromeó Jeonghan.

-No... La primera vez que me entrego a alguien que no es SeungCheol...

La sonrisa de Jeonghan se desdibujó lentamente. -¿Entonces es verdad...? -preguntó. Su rostro se encendió los labios apretados con fuerza. Una ola de celos y odio pareció invadirlo como un viento frio -. No es posible que lo ames.

-Salvó mi vida, es mi entrenador,mi padre , eh pasado mucho tiempo con él, ¿cómo piensas que no puedo amarlo?

-Ese hombre no es tu padre -exclamó de pronto, en un tono bastante elevado que inmediato intentó disimular-. Además... ¿es verdad que... te tomó cuando eras un niño?

Joshua suspiró. La maldita historia otra vez.

-A los once años y en este mismo país.

-¡Oh, por Dios, Joshua! ¡Es un enfermo! ¿Cómo puedes permanecer con él luego de eso? ¿Estás loco o que rayos tienes en la cabeza?

-Habla quien permaneció con un golpeador toda su vida hasta que por poco lo mata -respondió el ruso abandonando su taza, mirándolo con firmeza -. Al menos SeungCheol me ama y me trata con cariño.

-Pero... ¡es un perverso! Por favor, alguien que le hace eso a un niño merece la muerte.

-Pues muerto hubiera estado yo de no ser por él.

-¡Joshua, no justifiques una atrocidad semejante!

-¡No la justifico, maldita sea! ¿Qué piensas que soy? ¿Acaso crees que estoy tan desquiciado para hacerlo?

-¡Pero permaneces junto a él! Estás siguiendo su juego, haciendo lo que él quiere.

-¿Tú también vas a darme un discurso sobre eso? -preguntó bastante cansado -. No festejo lo que hace, solo estoy diciendo que le debo la vida. ¡Mi vida! ¿Qué precio tiene eso? ¿Acaso tu sabes decirmelo? Me encantaría que él me pidiera pagarselo de otra manera pero esa es la forma en que él desea que le pague, no puedo hacer nada más.

-No, no puedes hacer eso -Jeonghan parecía desesperado, echando su cabello hacia atrás en un gesto de exasperación-. No lo entiendes, no le debes nada, ya no. Deberías denunciarlo y hacer que se pudra en la cárcel.

Sangre Sobre El Hielo [JIHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora