19

328 41 46
                                    

.

De pronto Joshua pareció perdido. ¿Qué pasaba en su mundo que todo en lo que confiaba acababa explotando como una burbuja de jabón?...

—Lo ves, amor -un brillo nuevo había nacido en los ojos de  Seungcheol —. ¿Ves la clase de basura que son esos dos? Joshua... mi niño, mi vida... Vuelve a mí. Yo siempre te protegí, siempre te amé y te cuidé. Esté intento matarte y siguió la parodia del amante perfecto, mintiéndote, ocultándote algo tan importante como lo que acabamos de escuchar... Yo jamás te haría daño.

—No, Joshua, cometí un error, ¡pero te amo! -se defendió Jeonghan, casi implorando -. ¿Qué caso tendría confesarte esto ahora si mi intención no fuera serte sincero? Fue hace tanto tiempo, yo era un estúpido, me dejaba influenciar con facilidad y tenia tanto miedo que no podía pensar con claridad. Pasaron tantas cosas entre nosotros después de eso... Te amo, puedes estar enojado conmigo, pero no dudes de mi amor por ti.

Joshua parecía tan perdido como antes. Al único que apuntaba seguía siendo a Yoon, pero la postura de su. cuerpo había cambiado. Lentamente se había alejado de Jeonghan y, tal vez inconscientemente, acercado más a Seungcheol, un gesto que no pasó desapercibido para ninguno de los dos.

-Pequeño, mi pequeño, ven a mí, ven a mis brazos y te protegeré de todos.

-¡Joshua, te amo! ¿Acaso lo que sentimos no es más fuerte que un estúpido error que estuve a punto de cometer hace más de un año? Por favor, no me castigues por una idiotez de la que me arrepentí antes de llevarla a cabo. ¿Nunca has cometido un error? ¡Perdóname!

Por un momento los profundos ojos azules se refugiaron tras las tupidas pestañas, cerrando su visión al mundo. Estaba solo dentro de sí mismo, caminando a orillas de su conciencia, remojando sus pasos en recuerdos salpicados de pecados. Bajo su palma la silueta de la cruz colgando en su cuello le dolió como un estigma del mismo crucificado. ¿Cómo podría no perdonarlo?

-Joshua... -la voz de Seungcheol rompió su silencio interior, devolviéndolo al frío de la realidad -. Pequeño, ven.

-No. No voy a dejar a Jeonghan. Nada de lo que me digan me hará cambiar de opinión. Así que no hablemos más de esto -indicó con un dulce gesto de silencio, cuando Jeonghan intento decir algo más -. No ahora.

-¿Y por qué no? -preguntó Yoon con una sonrisa maligna -. ¡Si estoy disfrutando de esto como no he disfrutado nada en años! ¿Qué tal si pasamos al siguiente secreto?

-No me importa nada de lo que tengas que decir. Cierra la boca.

-Oh, pero si te gustó eso que te conté, ¡te encantará saber esto! ¿A qué no sabes lo que hizo tu lindo Jeonghan con...?

-¡He dicho que cierres tu mugrosa boca, hijo de puta! ¡Cállate, cállate! -exclamó Joshua fuera de sí, acercándose velozmente, apuntando el arma con los brazos estirados, apretando los dientes, tembloroso.

Yoon no fue él único que lo observó sorprendido ante su reacción. Pero sí fue el único que, en lugar de guardar silencio, sonrío de la forma más irritante.

-Muy bien -aceptó con calma -, si no quieres saber más de Jeonghan, no diré nada más de él... -hizo una pausa demasiado obediente para ser auténtica. Había una satisfacción contenida luchando por sus ojos de forma extraña-... Mejor hablaré de tí, de ustedes -corrigió, incluyendo a Seungcheol con la mirada, sonriendo dispuesto a no detenerse-. Escucha muy bien esto Jeonghan, porque te fascinará. No eres el único que guarda secretos, ¿sabes? No... Pero me temo que eres el único imbécil que no lo sabe, hijo. El único idiota que aún cree que...

La frase murió en el aire... al igual que él. Fueron milésimas de segundo que parecieron siglos, cuando se desplomaba de espaldas, sin reflejos, como un pesado saco de piedras... Un disparo lo había derribado. Un disparo que había entrado por su frente y había echo estallar la parte posterior de su cabeza en cientos de pequeñas esquirlas humanas, rociándolo todo con su espeso contenido...

Sangre Sobre El Hielo [JIHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora