Sangre Sobre El Hielo [JIHAN]

20

Tres y media de la madrugada. El reloj de la sala nunca había anotado su segundero con tanto énfasis y en el impasible silencio de la noche su sonido les parecía enloquecedor.

Todos los objetos de la casa parecían rechazarlos, como si reconocieran lo que eran, como si ahora supieran en lo que se había convertido...sobre todo la cama matrimonial de los Yoon, tal vez donde el mismo Jeonghan había sido engendrados, sentados uno frente al otro, los dos amantes se miraban en silencio.
Con las ropas tan manchadas como sus conciencias, las pupilas dilatadas y los labios tensos, aguardaban sin saber qué esperar.

-Debemos escapar.- Joshua, tan directo como siempre, fue el que decidió romper aquel silencio atormentador que los estaba sofocando por horas. Jeonghan no respondió. aunque Ya no lloraba, su expresión era vacía, oscuramente resignada, que le había dejado aquel último disparo, aún resonando en sus oídos.

-Me odias -dijo con una voz tan calmada que parecía irreal.

-¿De qué hablas?

-Me odias por haberlo matado - aseguró, mientras el rubio hundía el rostro entre sus manos-. Yo odiaba a mi padre,pero tú... tú querías a Seungcheol... él tenía razón en todo lo que dijo, ¿no es así? Lo quieres...

-Eso ahora ya no importa -Susurró Joshua abrazando sus piernas-. Tenemos que pensar qué vamos a hacer. Hay que decidir algo rápido.

-Supe que era verdad cuando seguiste defendiéndolo..., pero no sentí nada malo hacía ti, te lo juro, sólo odio y envidia hacía él... Le disparé a conciencia -Admitió lo último en un susurro. Tú lo hiciste casi por inercia, pude verlo había algo extraño brillando en tus ojos, cegandote, como si no estuvieras allí realmente... pero yo no lo hice así.

-Jeonghan, por favor...

-No estaba tan fuera de mí, simplemente sentí demasiado odio por él y quise verlo muerto. No vengué a mi padre... me vengué a mi mismo.

-No me des explicaciones, no quiero oírlas. No quiero oír más sobre esto... Haber perdido la razón no me hace menos asesino, por favor, mi conciencia será suficiente para recordarmelo hasta que me muera, no es necesario que tú también lo hagas... No te odio, ¿de acuerdo? Te amo, te amo, pero no tenemos tiempo para esto ahora. Tenemos que huir y tenemos que hacerlo rápido.

-Necesitas un médico... tu herida está sangrando demasiado.

-¡Al diablo con la herida! No pienso ir a un hospital para que me arresten antes de entrar. Debemos escapar ahora.

-...no voy a huir.

-¿Qué dices?

-No voy a huir - repitió Jeonghan con calma. Joshua lo observó, atónito.

-Jeonghan, escúchame bien. Hay tres cadáveres, no uno, ¡Tres cadáveres abandonados en el hielo! -indicó señalando con un gesto nervioso hacía la calle-. Y al menos dos de ellos llevan nuestro nombre. Son tu madre, tu padre y mi entrenador. ¿Quieres darle al menos una razón por la que crees que no vendrán por nosotros?

-... Nadie nos vio, no pueden probarlo...

-¿No pueden probarlo, dices? -Joshua soltó una carcajada desprovista de humor-. Están allí, muertos, estamos cubiertos con su sangre ¡Por Dios!, ¿Qué más crees que necesitan? ¿Que uno de ellos se levante y declare? -Jeonghan escuchaba en silencio, tan tenso que ha casi temblaba-. Debemos cruzar la frontera esta misma noche, mañana será tarde.

-...No sirvo para huir, no quiero hacerlo...

-¡Van a matarnos si nos atrapan! ¿Es que no lo entiendes?

-Joshua, por favor... Contratemos un buen abogado, él nos sacará de esto.

-Ni Dios nos sacará de esto, Jeonghan -. Aseguró el ruso , nervioso, tomándolo de Los hombros para obligarlo a mirar de frente-. Acabo de volarle los sesos a un hombre y tú mataste a otro a quemaropa, ¿Crees que lo tomaran a la ligera, cual si fuera una evasión fiscal? ¿Que un soborno y un par de firmas arreglarán todo? ¡Abre los ojos!. Debemos hacer algo nosotros, ¡Y debemos hacerlo ahora! ¿Quieres pasar el resto de tu vida en la cárcel? Nos encerrarán de por vida, tal vez nos condenen a muerte, ¿es eso lo que quieres?