T R E S

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—¿En serio? ¿La biblioteca?—comenzó a reír Sky.

No me gusta que se ría de mí, es una falta de respeto.
Sólo rodé los ojos e ingrese la llave para poder abrir la puerta de mi casa.

Que raro, yo no había dejado la puerta sin llave, Sky me miro y con su mirada me dijo que ya la dejará pasar.

Vimos a mi madre que hablaba con alguien más, pero la pared me impidió saber quien es ese alguien.

—Bueno... Te espero arriba.

—Mi madre ya se ha vuelto loca.

—Ay, Kath. Debe ser alguna amiga—mi madre no trae a sus amigas a casa—. Te espero en tu cuarto, llevame comida perra—me lanzó un beso.

Fui hacia donde estaba mi madre y vi una niña, bueno no tan niña.
Sino que casi una adolescente.

La salude y luego salude a mi madre.

—¿Cómo te ha ido hoy en el colegio?—preguntó mi madre llevando la taza de café a su boca.

¡Dios! ¿Cómo podía tomar café con lo feo qué es?

—¿En que año estás ya?—preguntó la niña que aún no sabía su nombre.

—En el último año de secundaria—le sonrío.

Que bonita es.
Me encantan sus ojos. Celestes. Como los míos.

—Que orgullosa estoy de mi hermanita —la niña la miró a mi madre.

El vaso que tenía en mi mano cayó al suelo y los pequeños vidrios fueron esparcidos en todo el piso.
Aquella niña se asustó y mi madre me miro algo nerviosa.

Ella sabía, mi madre sabía que no quería a esta niña en mi casa.
¿Mi madre es masoquista o qué? ¡Mi padre la engañó! ¿Cómo podía permitir que viniera está niña que fue fruto del engañó de mi padre hacia mi madre?

Lo sé, ella quizás no tenga la culpa. Pero es casi lo mismo.

—Hija, yo sólo te pido Perdón.

—No, mamá. Tú sabes—le dije—. Sabes que no acepto esto. ¡Papá te engañó!—digo completamente enojada—. ¡¿SI RECUERDAS AL MENOS ESO?!

—Pero, ¿por qué eres así conmigo, Katherine? Soy tu hermana.

—Hermanastra—le corrijo—. Perdón, yo no tengo ninguna hermana ni hermanastra, me equivoque.

Decido subir a mi habitación, Skyler estaba en mi cama cambiando de canal en la televisión.

—¿La comi...? ¿Qué te pasó?—se levanta.

Mis lágrimas caían, mi madre sabía que no quería tener ningún tipo de contacto con esa niña. ¿Cómo podía ser tan masoquista?
Escuchaba a mi madre llorar todas las noches mientras que mi "padre" se iba por ahí con quién sabe quién, porque cada noche era una distinta hasta que nos dijo que estaba saliendo con una mujer. Una mujer de la misma calle de nuestra casa y luego todo el vecindario sabía que esa mujer estaba embarazada. Mamá estaba destrozada, pero al parecer ya se olvidó de todo eso.

No seré una más de la lista ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora