Crónicas De Navidad ©

Blanca Navidad

"Los personajes y hechos relatados en esta historia son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia".

¡Que disfrutes la lectura!

Sinopsis

Mark y Julia se habían casado siendo muy jóvenes y, después de dos años de casados, habían decidido separarse, vender la casa y divorciarse.

Sus familias no podían enterarse de su decisión puesto que harían lo que fuera para impedirlo, así que Julia y Mark decidieron reunirse en víspera de navidad en la cabaña que sus madres les habían dado como regalo de bodas para firmar ahí los papeles del divorcio y dar por concluida su relación.

Por desgracia o por suerte para estos dos, una duendecilla navideña había sido enviada desde el Polo Norte para cambiar el destino de ambos. Y la mejor forma que la duendecilla encontró, fue encerrándolos por completo en la apartada cabaña hasta que ambos resolvieran sus problemas y se dieran cuenta de que aún se amaban y que el divorcio no era la solución.

¿Podrán Mark y Julia con ayuda de la duendecilla navideña resolver sus problemas matrimoniales y convertir sus tristes y oscuras festividades en una blanca y feliz navidad?    

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***

—¿A dónde irán Mark y tú mañana? ¡Será víspera de navidad! —Julia sostuvo con fuerza el celular mientras escuchaba la voz de su suegra Caroline.

—Iremos... De paseo... —respondió no muy convincente.

—¡Pero será víspera de navidad! —repitió Caroline—. Tu madre y yo hemos organizado una gran celebración para mañana por la noche en mi casa. Se supone que vendrían. —La voz de Caroline sonaba desilusionada y molesta.

—Lo siento mucho, Caroline. Mark y yo pensamos que sería bueno pasar tiempo a solas.

—¿Es necesario que vayan? ¿Todo el día y toda la noche? —Sin saber qué responder a eso, Julia guardó silencio—. Prométeme que al menos vendrán antes de que acabe la noche. ¡Promételo! —Julia se sobresaltó ante la exigencia de Caroline. Y no es que le tuviera miedo a su suegra, a lo que le tenía miedo era a que tanto Caroline como su propia madre descubrieran lo que ella y Mark estaban a punto de hacer.

—Intentaremos llegar, Caroline. Pero no te prometo nada.

—¡Estupendo, querida! ¡Nos vemos mañana en la noche! —dijo, completamente segura de que su nuera y su hijo sí asistirían—. ¡Saludos a Mark! ­—Caroline cortó la llamada e inmediatamente Julia cayó sentada en el sofá que se encontraba en la sala de estar de su pequeño apartamento.

—Oh, Dios mío... —murmuró, llevándose una mano a su acelerado corazón—. Me iré al infierno por mentir de esta manera. —Su celular comenzó a sonar de nuevo y Julia se sobresaltó. Miró la pantalla y, al ver el nombre de Mark, respiró con tranquilidad y respondió.

—¡Vaya! —dijo Mark—. Hasta que respondes el celular. ¿Sabes cuántas veces te llamé? ¿Tienes idea de lo ocupada que es mi vida y del tiempo que me has hecho perder? —Julia puso los ojos en blanco y frunció el ceño.

—¡Discúlpame, señor ocupado! Estaba hablando con tu madre. —Mark guardó silencio unos segundos y Julia sonrío. Sabía que él tenía miedo de que ella le revelara todo a Caroline.