Crónicas De Navidad ©

Cita A Ciegas En Nochebuena

"Los personajes y hechos relatados en esta historia son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia".

¡Que disfrutes la lectura!

Sinopsis

La navidad no era una época que me emocionara mucho ya que estaba acostumbrada a hacer lo mismo cada año, lo cual era visitar a mis padres y parientes para navidad y año nuevo. Siempre realizábamos las mismas actividades y tradiciones por lo que la monotonía de las actividades se me tornaba aburrida.

Pero, cuando mis padres me informaron que se irían de vacaciones a un crucero durante la navidad dejándome fuera de sus planes, no tuve otra alternativa más que festejar la navidad con mi mejor amiga Annie. ¡Gran error!

Grande fue mi sorpresa cuando, el veinticuatro de diciembre en la noche, mi amiga me llevó a "disfrutar" de la nochebuena a un restaurante donde se dedicaban a organizar citas a ciegas, en esa ocasión, edición navidad. 

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—Llegaré el veintitrés en la noche para pasar navidad y año nuevo contigo y con papá —le digo a mi madre por teléfono mientras reviso los últimos pasteles que me encargaron para esta semana. Todos se ven hermosos y muy navideños.

—Oh... —dice mi madre, yo dejo el último pastel en la encimera de la cocina de mi pequeña pastelería y frunzo el ceño.

—¿Qué pasa? —le pregunto con duda.

—Pues, verás, hija... —Suena nerviosa y yo comienzo a preocuparme—. Tu padre y yo estuvimos pensando en lo que dijiste la otra noche y nos dimos cuenta de que tienes razón. Nuestras navidades se han vuelto muy monótonas, así que, tu padre y yo pensamos que tal vez por este año, solo por este año, podríamos hacer algo diferente. Así que... Decidimos irnos de vacaciones a un crucero durante las festividades navideñas. —Me sorprendo ante sus palabras.

—¿Qué hay de mí? —le pregunto dolida.

—Lo siento, hija. Pero tú ya estás grandecita. Puedes pasar las festividades con tu novio.

—No tengo novio, mamá —le digo, comenzando a molestarme.

—Bueno... Entonces con tus amigas.

—Solo tengo una amiga —murmuro.

—Pero la tienes que es lo importante. —Me quedo en silencio por largos segundos y, al final, dejo salir un suspiro de tristeza.

—¿Cuándo regresarán? —le pregunto sin mucho interés.

—El seis de enero —dice ella. Yo me reservo las ganas de reprocharle que no pasarán ni navidad ni fin de año conmigo, pero como ella ha dicho, ya soy una mujer grande. Tengo mi propio hogar, mi propio trabajo y puedo cuidarme sola. Si mis padres no me quieren en sus navidades, no voy a rogarles ni a molestarlos.

—De acuerdo —murmuro desganada.

—Puedes pasar la navidad y el fin de año en nuestra casa. Tus tíos y algunos primos viven cerca, pueden reunirse y organizar algo si tu amiga no puede estar contigo. Así puedes venir a recogernos al aeropuerto y podemos entregarnos los regalos, aunque sea atrasado.

—No —le digo, tratando de ocultar mi enojo y mi dolor—. Tengo mucho trabajo en la pastelería. Les enviaré los regalos.

—¿Entonces no te veremos ni después de navidad? —pregunta ella alterada.